En Argentina se estima que cerca del 20 % de los bosques nativos en la región de las Sierras Chicas, en Córdoba están cubiertos por el Ligustrum lucidum, una especie que llegó de China a principios del siglo XX para uso en parques y en jardines. Su incorporación ocasionó un impacto directo sobre las comunidades de aves y las especies que habitan la región. Otro caso es el de la acacia negra (Gleditsia triacanthos), especie arbórea originaria de los Estados Unidos, que en la Argentina invadió bosques montanos y del Espinal, así como superficies pampeanas.
“Las invasiones de árboles fueron relativamente poco estudiadas a pesar de que tienen el potencial de transformar ecosistemas y economías”, indicó Pablo Peri, coordinador del Programa Nacional Forestal del INTA y quien junto con 185 investigadores de 200 instituciones de más de 500 países estudió el impacto de las invasiones de árboles exóticos en los bosques a nivel global y el rol de protección de la diversidad nativa.
Gestores e investigadores coinciden en que las especies exóticas invasoras constituyen una de las amenazas más serias para la biodiversidad. En particular, “los árboles exóticos representan una preocupación importante y creciente a nivel mundial, ya que a menudo se plantan activamente lejos de sus áreas nativas con fines forestales, de reforestación, residenciales u ornamentales”, indicó Peri.
Por esto, es relevante poder evaluar el impacto de las especies exóticas invasoras de árboles y los factores que influyen en su distribución. “El INTA tuvo el rol de aportar información para este estudio a partir de los datos generados a largo plazo de la PEBANPA (Parcelas de Ecología y Biodiversidad de Ambientes Naturales en Patagonia Austral) en los bosques Patagónicos”, explicó Peri.
El trabajo -publicado recientemente en la revista internacional Nature– se basó en más de 1,2 millones de parcelas forestales (incluyendo más de 10.000 especies en 1029 regiones del mundo), estudiando cómo la diversidad filogenética y funcional de las comunidades de árboles nativos, la presión antrópica y las condiciones ambientales influyen en el establecimiento de especies de árboles no nativos y la posterior gravedad de la invasión.
Concluyeron que los factores antropogénicos son clave para predecir si un lugar fue invadido. Se determinó que una mayor diversidad predice una menor gravedad de la invasión. La temperatura y las precipitaciones emergen como fuertes predictores de la estrategia de invasión y las especies no nativas invaden con éxito cuando son similares en requerimientos a la comunidad nativa en ambientes extremos fríos o secos.
Sobre las conclusiones, Peri destacó que “se pudo evaluar una perspectiva global de la invasión de árboles no nativos, determinando que los factores humanos influyen en la presencia de árboles exóticos y que la diversidad filogenética y funcional nativa tiene un papel crítico en limitar el establecimiento y propagación de invasiones posteriores”.
“Las invasiones de árboles fueron poco estudiadas pese a tener el potencial de transformar ecosistemas y economías.”
El trabajo es importante porque brinda conocimientos unificados sobre los impulsores globales de las invasiones de árboles no nativos y las estrategias ecológicas que podrían tener más éxito en diferentes regiones.
Las tendencias y los mecanismos ecológicos identificados pueden proporcionar pautas tangibles para apoyar el manejo forestal de las invasiones de árboles no nativos en todo el mundo. Sin embargo, debido a que los árboles no nativos se introducen intencionalmente para fines forestales o para apoyar los medios de vida locales, lo que puede generar diferencias en los objetivos y estrategias de manejo forestal, es fundamental que se incluya a las partes interesadas locales al tomar decisiones sobre cómo gestionar mejor estas introducciones.
En última instancia, esta comprensión emergente de las invasiones globales de árboles proporciona conocimientos fundamentales que se necesitan para comprender cómo se está remodelando la composición de los bosques bajo el cambio global y para que las prácticas de manejo forestal limiten la propagación y los impactos de las invasiones de árboles no nativos en todo el mundo.
Diario Río Negro