Ese producto, que es rechazado culturalmente por los consumidores argentinos, usualmente se exporta a países de la Unión Europea que todavía sí lo consumen, generando ingresos por unos 50 millones de dólares anuales.
De todos modos, parece ser un negocio que se va extinguiendo de a poco. La faena declarada en 2023 resultó ser la más pequeña en los últimos diez años. Esos 88 mil equinos del año pasado fueron casi 13% menos que los que se habían procesado en 2022, mientras que la producción de carne se redujo de un año a otro el 10%, con una caída de 2.873 toneladas.
Según datos recientes publicados por la Secretaría de Agricultura, ni en 2020 (año convulsionado por la pandemia del coronavirus) la faena de caballos en la Argentina fue tan reducida como la del año pasado. En aquel momento se faenaron 88.344 animales, es decir algunos más que en 2023.
La tendencia al achicamiento del negocio de producción de carne equina (que en general se alimenta con acopiadores que van recogiendo los caballos viejos o que sobran en los campos) se hace más visible si se compara con el promedio de producción de la última década. La faena promedio fue de 100.611 equinos anuales durante el período 2013/22, con una producción promedio de 22.270 toneladas. Es decir que el ajuste de la faena ha sido de aproximadamente 15% respecto de ese promedio histórico.
Con la producción de carne equina en descenso, también caen linealmente las exportaciones de su carne.
En la década 2013/22, la Argentina promedió exportaciones de carne equina por 16.235 toneladas (peso producto). Los ingresos promedio fueron de 56,1 millones de dólares anuales. Pero en los últimos tres años ese flujo de divisas ha estado en mínimos, de 50 millones de dólares o menos que eso.
Los últimos datos oficiales correspondientes a los embarques de 2023 llegan hasta octubre, es decir un acumulado de diez meses. En todo ese periodo se habían exportado solamente 11.199 toneladas peso Producto, con una caída del 14% en relación a igual lapso del año anterior. En valores, las exportaciones de enero a octubre representaban 35,72 millones de dólares FOB, con un retroceso de 18% en relación a igual período de 2022.
¿A dónde se exporta esa carne? Bélgica es la gran puerta de entrada a Europa de este tipo de alimento y explicó la mitad del negocio (U$S 14.4 Mill FOB). Luego le siguen Italia (U$S 6.3 Mill FOB) y Rusia (U$S 3.8 Mill FOB). Esos tres países suman casi 70% del total de los embarques. Luego le siguen Suiza, Francia e Italia.
“Los caballos argentinos se crían libremente en espacios abiertos sin estabulación. Los caballos no tienen los problemas de salud que ocurren cuando los animales son criados estabuladamente para la producción máxima de carne, por lo tanto no reciben medicamentos veterinarios. Su alimentación es a base de pasto. No contiene hormonas”, dice la propaganda de una de las plantas de faena, tratando de diferenciar los sistemas de cría locales de los europeos.
En el ex frigorífico Aimar también se elogia que la carne equina tiene poca grasa (solo del 2 al 5%), que es rica en hierro, pues 100 gramos de carne de caballo contienen de 4 a 5 miligramos de ese nutriente; que es abundante en Vitamina B, y que contiene proteínas de alta calidad. “Las proteínas presentes en la carne de caballo no sólo son numerosas sino también de buena calidad. Una porción de 100 gramos de carne de caballo es buena para un tercio de la ingesta diaria recomendada de proteínas para un adulto”.
En promedio, de acuerdo con los negocios del año pasado, la carne de caballo se vende allí a 3.190 dólares por tonelada. Como en el caso del bovino, son mucho más caros los cortes del cuarto trasero del animal, que llegan a cotizar a casi 5 dólares por kilo, contra apenas 2 dólares de los del cuarto delantero.
Como se dijo, hay solamente -y desde hace años- solamente cuatro plantas frigoríficas habilitadas para faenar caballos en la Argentina. Pero solo 2 de ellas concentran casi 90% de la matanza. Son el Frigorífico Lamar SA, ubicado en Merceder (Buenos Aires) y el Land L SA (ex Auimar), ubicado en Río Cuarto (Córdoba).
Por eso en 2023 la faena estuvo concentrada también en provincia de Buenos Aires con el 47%, en Córdoba con 46% y solo el 7% restante se realizó en la provincia de Río Negro.
¿Qué tipo de animales se procesan en estas cuatro plantas? La faena estuvo compuesta en un 49% por la categoría caballos y el 48,2% por yeguas. Luego, huno 1,9% de padrillos, 0,5% de burros, 0,4% de mulas y 0,09% de potrillos.
El título de esta nota habla de faena “formal” porque en algunas regiones rurales del país también es frecuente el sacrificio y consumo de carne equina por fuera de los canales habilitados.
Bichos de Campo