Por Agroempresario.com
En un reciente acontecimiento, varias entidades vinculadas al sector agropecuario han suscrito un convenio destinado al desarrollo de cultivos bioenergéticos en Argentina. El acuerdo, firmado por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), abarca diversas acciones, como la expansión de la red de ensayos y el fortalecimiento de los programas de mejoramiento de variedades para aumentar la superficie dedicada a oleaginosas. Paralelamente, Cargill ha lanzado una campaña para fomentar el cultivo de colza entre los productores.
Según declaraciones de Ciara, a nivel global la colza ocupa el segundo lugar en producción de oleaginosas, pero en Argentina solo alcanzó las 32,500 hectáreas en la campaña 2022/23, lejos del récord histórico de 87,555 hectáreas en el ciclo 2012/13. Destacan que la colza tiene diversos usos, incluyendo consumo humano a través de aceites y harinas, alimentación animal, y producción de biodiésel, lo que presenta un gran potencial de crecimiento en el país.
El presidente de Ciara, Gustavo Idígoras, señaló que los cultivos bioenergéticos son el futuro de la agroindustria y subrayó la importancia de profundizar el desarrollo tecnológico para su expansión. Asimismo, resaltó la oportunidad que representan cultivos como la colza, la carinata y la camelina para los productores y el medio ambiente.
Cargill, por su parte, destacó las cualidades de la colza como cultivo sustentable y su conexión con la creciente demanda global de aceites vegetales para biocombustibles. Según Facundo Rodríguez de Cargill, la colza puede diversificar los cultivos y ofrecer nuevas oportunidades para los productores.
El convenio entre Ciara y el INTA incluye la ampliación de la red de ensayos, el fortalecimiento de los programas de mejoramiento del cultivo de colza, la colaboración en estrategias de difusión y extensión, el desarrollo de tecnologías para la industrialización, entre otros puntos. Además, se destaca la importancia del consumo de biocombustibles para aviación y su impacto en la demanda de combustibles sustentables y materias primas.
En resumen, el acuerdo entre Ciara, el INTA y las iniciativas de empresas como Cargill reflejan un esfuerzo conjunto por impulsar el desarrollo de cultivos bioenergéticos en Argentina, reconociendo su potencial tanto económico como ambiental.