Por Agroempresario.com
Según el análisis realizado por el asesor ganadero Andrés Halle, antes de la gran liquidación que tuvo lugar entre 2007 y 2010, el stock de novillos ascendía a 4,67 millones de cabezas. Sin embargo, la cantidad de novillos disminuyó a menos de la mitad en el último stock informado, con el 80% de esta pérdida ocurriendo antes de 2015. A partir de ese año, aunque el stock continuó disminuyendo, lo hizo a un ritmo menor. Entre 2015 y 2023, se registró una caída de 550.000 novillos, lo que equivale al 20% de la pérdida total.
En cuanto a la producción de novillos, Halle señala que esta está intrínsecamente ligada al factor económico, al igual que cualquier otro negocio. El margen de rentabilidad del negocio ganadero depende del precio de venta de los animales y de los costos de producción asociados a cada sistema de producción.
El autor destaca que la caída en el stock y la faena de novillos se debe principalmente a motivos económicos. Argumenta que los kilos necesarios para obtener rentabilidad en el negocio ganadero son mayores cuando se produce un animal más pesado, lo que ha llevado a cambios en los sistemas de producción hacia ritmos de engorde más altos y sostenidos.
En cuanto a la actualidad, Halle observa una disminución en la faena de novillos durante el primer cuatrimestre de 2024, especialmente en animales de 6 dientes o más. Sin embargo, atribuye esta caída a factores como las condiciones climáticas adversas del año anterior y la tendencia del mercado a dejar de sostener la diferencia entre animales livianos y pesados.
El asesor destaca que, si bien puede haber una percepción de una drástica disminución en la faena de novillos, esto se debe en parte a un cambio en la clasificación de los animales para faena, que pasó de basarse en el peso a basarse en la dentición a partir de abril de 2019. Este cambio ha llevado a que muchos animales que antes se clasificaban como novillos ahora se consideren novillitos, lo que afecta la comparabilidad de las cifras de faena a lo largo del tiempo.
En cuanto a las hembras, Halle argumenta que la situación es similar, con muchos animales clasificados anteriormente como vacas que ahora se consideran vaquillonas debido al cambio en la metodología de clasificación.
En resumen, Halle sugiere que la faena de novillos está entrando en una fase de equilibrio tras un período de liquidación, y que es probable que se observe un cambio hacia una fase de retención en el futuro cercano. Además, pronostica que los precios de los animales seguirán siendo similares en el corto plazo, con una posible variación estacional.