Por Agroempresario.com
En los 22 años de vigencia de las retenciones, el Estado ha recaudado el equivalente al valor total de un campo, según un análisis del exfuncionario y consultor Néstor Roulet. Este impuesto fue reintroducido mediante el decreto 310/02 en febrero de 2002, en medio de una de las crisis más profundas de la historia argentina. Inicialmente, las alícuotas fueron del 10% para trigo y maíz y del 13,5% para soja y girasol, aunque en abril de ese mismo año aumentaron a 20% para cereales y 23,5% para oleaginosas.
Roulet, en su trabajo, estima que el Estado recaudará en la actual campaña 14.166.537.500 dólares por las 17,3 millones de hectáreas sembradas con soja, lo que representa un promedio de 818,87 dólares por hectárea. Esto implica que, con un valor promedio de 15.000 dólares por hectárea agrícola en la región núcleo del país, el Estado se queda anualmente con el 5,5% del valor de la tierra. Roulet basó sus cálculos en un campo de 200 hectáreas ubicado a 300 km de los puertos del Gran Rosario.
Roulet señaló que en los 22 años de vigencia de las retenciones, el Estado ha recaudado el equivalente al 100% del valor del campo.
En otro ámbito, el presidente Javier Milei, durante su visita a la Sociedad Rural Argentina (SRA) en el marco de la Expo Angus, prometió reducir impuestos, mencionando que, a medida que se recompongan las cuentas fiscales y vuelva el crecimiento económico, primero se eliminará el Impuesto PAIS y luego las retenciones, con el objetivo de que el campo sea totalmente libre. Milei afirmó que están cumpliendo con lo prometido en la campaña y que, aunque están desactivando las bombas dejadas por el kirchnerismo, el campo tendrá un rol fundamental en la recuperación del país.
El trabajo de Roulet cuantifica la presión tributaria sobre el cultivo de soja en la campaña actual, tanto en tierras propias como alquiladas. En esta campaña, el 52,98% de la renta de la cosecha de soja en un campo alquilado irá al Estado, porcentaje que baja al 49,84% en el caso de un campo propio. Solo por la oleaginosa, el Estado recaudará 13.675 millones de dólares, lo que representa el 52% del ingreso bruto en dólares.
Un propietario que alquila su campo a 15 quintales por hectárea, después de deducir el costo impositivo, recibe 7,6 quintales por hectárea (228,71 dólares por hectárea). Con un valor de campo de 15.000 dólares por hectárea, la renta es del 1,5% anual en dólares.
Para un inquilino que invierte 834 dólares por hectárea, el resultado final es de 37,82 dólares por hectárea, lo que representa una renta del 4,5% del capital invertido, asumiendo todos los riesgos climáticos, biológicos y de mercado asociados a la producción.
Roulet critica que el Estado se queda con el 52% de los ingresos sin asumir riesgos ni realizar inversiones, y señala la falta de infraestructura adecuada, como caminos rurales, rutas, obras hidráulicas y seguros contra riesgos climáticos.
En campañas anteriores, el porcentaje de renta que queda en manos del Estado ha variado: en la campaña pasada fue del 64,9%, en 2022 del 50%, en 2021 del 58%, en 2015 del 46,6% y en 2019 del 39,5%.