Neuquén: Marcas y señales, qué hay detrás de los 100 años de historia

La Ley de marcas y señales, cuyo órgano de aplicación es la subsecretaría de Producción, tiene sus “vericuetos” y algunos blancos a revisar, pero también tiene historia y mucho trabajo detrás

Neuquén: Marcas y señales, qué hay detrás de los 100 años de historia

Los animales son parte del patrimonio de las familias del campo. La Ley provincial N°2.397 de Marcas y Señales, permite que los productores y crianceros puedan tramitar permisos para trasladar esos animales, y el permiso anual de marcación y señalada, la guía digital de traslado de hacienda y DUT para venta, invernada, exposiciones o participación en actividades deportivas. Además, el certificado de origen y legítima tenencia para tener previo a la venta de su producto.

“Se necesitan 15 animales para hacer el registro de una marca y 30 para la señal. Es una obligación tener este registro y es por ley. Pero si el productor tiene menos cantidad debe registrarlos igual, comprándoselos a alguien que ya tenga marca y esa persona haga una guía y un documento”, explicó Carina Vázquez, de la agencia de Producción ubicada en Zapala. “Tanto marcas como señales acreditan propiedad”, agregó en diálogo con +P.

 

La ley está vigente, hay que aplicarla cabalmente. Foto: gentileza

 

Un poco de historia

La agencia de producción de Zapala es un edificio antiguo ubicado en una zona relativamente céntrica. Lleno de historias por haber sido un hotel y también una clínica en sus inicios, se ubica allí desde hace muchos años la oficina de marcas y señales de la provincia.

Aun se ven escritorios de otros tiempos, ficheros y cajoneras de metal, expedientes amarillos y libros con trazos de una tipografía hecha a mano alzada con pluma.

Carina Vázquez y Alicia Acuña trabajan en la temática hace más de 17 años y tienen en su oficina unos libros gigantes que datan del registro de las primeras marcas de puño y letra (del 1800 aproximadamente).

Carina toma la posta y nos cuenta sobre la tarea. Le gusta repasar todo el camino recorrido, los primeros tiempos en papel, aprendiendo a armar expedientes y normas legales luego de haber dibujado las marcas. Sus tareas iniciales en la provincia y la curiosidad que la llevó a este sector, los cambios de gobierno y los cambios de directivas también, el archivo y las tareas de poner a punto y reordenar información importante.


 

En 2019 se presentó desde la provincia el sistema de digitalización. Foto: gentileza

 

”Vinimos a trabajar con los registros recién desde 2003, todos esos libros se manejaban en los juzgados”, contó Carina. “Cuando se aprobó la Ley 2.397, los juzgados se desentendieron del trámite y estos fueron a parar a las agencias de Producción distribuidas en distintas localidades del interior”, detalló.

“Las marcas van en el ganado mayor (vacas, equinos y burros). Se los marca con un hierro a fuego. Debe haber una sola marca en toda la provincia, y el diseño no se puede repetir, por eso deben ver el catálogo”, explicó.

“La señal son cortes en las orejas del ganado menor (caprinos, ovinos, porcinos). Al ganado mayor se lo puede señalar también pero siempre tiene que estar acompañado de la marca”, indicó Carina.

Tanto marcas como señales acreditan propiedad. Foto: gentileza

 

Marcas en la provincia

“Hay otorgadas 5.000 marcas en la provincia, pero hay muchas caducadas o dadas de baja. De las 5.000 deben haber 3.000 activas”, repasa Carina. “En la ley anterior las marcas se iban renovando cada 10 años. Cuando salió la ley nueva ya no se renovaron más, pero las que no quedan activas las vamos caducando”, indica.

“El problema que veo hoy es que la gente no está marcando, tienen el registro de marca -que es un número que otorgamos- y después a ese numerito se le adjunta el diseño que proponen más la identidad del productor; pero en el campo no están marcando”, cuenta.


Antes las marcas se iban renovando cada 10 años. Foto: gentileza

 

Se anima a esbozar una explicación de por qué no se está marcando a los animales: “No están alambradas las rutas, no se hace cargo la provincia, no se hace cargo el productor; y los campos que sí están alambrados son los privados, pero las ocupaciones fiscales la mayoría no están alambradas”, aseguró.

Por otro lado, reflexionó sobre los accidentes por animales sueltos, y dijo que, en algunos casos, los propietarios de los animales van y “cortan el cuero donde está la marca, para que no se sepa de quién es”. Además, considera que no se profundizan los cuidados ni los controles, y “podrían evitarse las muertes”.

La oficina de Zapala guarda la historia en sus oficinas. Foto: gentileza.

 

De 6 a 12 meses

En 2019 se presentó desde la provincia el sistema de digitalización que permitió la revisión y simplificación del proceso manual, con el objeto de agilizar trámites y facilitar al productor ganadero la obtención de su Certificado y Carnet de Marca.

“En eso evolucionó la marca, en la digitalización. Cuando se trabajaba en papel, se les pedía a los productores que trajeran la propuesta de tres diseños para su marca”, relata Carina.

En su oficina, se recepcionan los trámites de toda la provincia “los que vienen desde Barrancas a Villa La Angostura”. “Antes el papel viajaba y llevaba meses (de 6 a 12), ahora en dos segundos la ves digitalizada y en un mes debería estar completo todo el proceso”, aseguró.

Registros desde Barrancas a Villa La Angostura, en la oficina de Zapala. Foto: gentileza

 

Actualizar la ley

“Antes, el campo pertenecía a gente que lo trabajaba, que estaba, que nacía ahí. Hoy no es así. Por ejemplo, hay gente que tiene regalías del petróleo y compra campos, compra hacienda, hace engorde y empieza a vender. El vecino ve que le está yendo bien y hace lo mismo, empieza con tres vacas y comienza a vender y a girar la rueda y por ahí eso debería regularse en la ley”, aseguró Carina.

“Yo creo que se malinterpretó la ley y se avanzó en trámites erróneos”, contó -aunque actualmente se mantienen reuniones para actualizarla. “Pero ¿por qué decimos que una ley no sirve, si nunca se aplicó del todo?”, preguntó. Entonces, sugiere ejecutarla y no cambiarla. Luego sí poder analizar si sirve o no.

Además, habló de las flaquezas de la ley, que está vigente desde 2003. “Por ejemplo, yo me compré solo dos vacas, pedí un toro prestado y la vaca me dio cría, ¿cómo la marco? Si no estoy obligada a tener registro, tampoco me permite la ley pedir prestado registro”.

Los libros contienen registro del 1800. Foto: gentileza.

 

“Por eso sería necesario hacer una marca “provisoria” e ir actualizando el ganado año a año hasta llegar a la cantidad que establece la ley”, reflexionó.

Vale agregar que el valor de la marca se calcula en función del valor del novillo, que a valor mayo fue de $1.769 por kilo, es decir que una marca sale hoy $176.900 pesos y la señal la mitad.

Como planteamos al comienzo, los animales son parte del patrimonio de las familias del campo. Según la ley vigente desde 2003, es una obligación tenerlos registrados, pero, lo cierto es que, en el interior profundo, el quehacer cotidiano dista de lo establecido en las oficinas, entre archivos y libros gigantes del 1800.

 

LMNeuquen

 



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