Por Agroempresario.com
En el corazón de la Quebrada de Humahuaca, Maimará se destaca como un encantador pueblito jujeño por el que pasa el Trópico de Capricornio. Este destino, cargado de historia y belleza natural, invita a los viajeros a detenerse y explorar.
A unas horas en Maimará son suficientes para sumergirse en su rica historia y cultura local. Fundado como un asentamiento indígena y transformado con el tiempo en un importante punto de conexión hacia Bolivia, el pueblo ofrece una inmersión en la vida y tradiciones locales.
El Monumento al Trópico de Capricornio, ubicado en un mirador cercano, es uno de los atractivos más distintivos del lugar. Este monolito no solo marca el paso de la línea imaginaria, sino que también es un excelente punto para fotos y reflexiones. Además, el gran reloj de sol, situado cerca, es una obra de ingeniería que complementa el paisaje y el simbolismo del lugar.
Maimará, situado a 2.500 metros sobre el nivel del mar y con una población de aproximadamente 1.200 habitantes, ofrece diversas opciones para comer y alojarse. Entre ellas, el Hotel La Cima, un establecimiento con historia, ubicado en el antiguo casco de una estancia local.
El pueblo está situado a unos 80 kilómetros de San Salvador de Jujuy, la capital provincial, y se puede acceder fácilmente en colectivo desde otras localidades de la Quebrada.
Uno de los lugares más destacados es la Capilla de San Francisco de Asís, una construcción colonial que data de mediados del siglo XVIII. Aunque ha sido restaurada, mantiene su estructura original y su encanto histórico. En su interior, el retablo tallado a mano y la imagen de San Francisco son los principales atractivos.
Con sus paisajes impresionantes y su rica herencia cultural, Maimará ofrece una experiencia única en la región, donde la historia y la geografía se encuentran en un punto de encuentro memorable.