Por Agroempresario.com
En un movimiento clave para el futuro del sector yerbatero, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) ha lanzado el proceso de renovación de su directorio mediante la resolución 144/2024 publicada en el Boletín Oficial. La convocatoria establece un plazo de 45 días para que las entidades representativas de la producción, la industria, las cooperativas, los tareferos y los secaderos presenten la documentación requerida.
El directorio del INYM está compuesto por 12 miembros, incluyendo un presidente designado por el gobierno nacional y representantes de diferentes sectores: un director por Corrientes, un director por Misiones, dos por la industria, uno por los secaderos, dos por las cooperativas, uno por los tareferos y tres directores que representan a la producción. Además, existen 12 directores suplentes que reemplazan a los titulares en caso de ausencia.
La renovación es particularmente significativa para los seis directores que representan a la producción, pues el sector enfrenta un nuevo escenario tras la desregulación del mercado yerbatero con el megaDNU del presidente Javier Milei. Esta medida eliminó las facultades del INYM para regular los precios, lo que ha generado un descontento generalizado entre los productores.
El proceso eleccionario del INYM está sujeto a requisitos estrictos. Las entidades interesadas deben contar con personería jurídica actualizada, balances aprobados y auditoría por un Consejo Profesional, así como una antigüedad mínima de cuatro años. Este conjunto de requisitos ha sido criticado por algunos sectores que consideran que excluye a nuevas agrupaciones y dificulta la participación de pequeños productores.
Julio Petterson, un reconocido dirigente de Andresito, expresó su preocupación por la exclusión de nuevas agrupaciones con “mucha fuerza y ganas”. Cristian Klingbeil, exdirector del INYM, también lamentó las reglas actuales, señalando que muchas entidades con reconocimiento no cumplen con los requisitos.
El contexto actual recuerda a la crisis vivida hace más de 30 años, cuando la desregulación del mercado yerbatero condujo a la creación del INYM tras una histórica protesta de pequeños productores. Ahora, la falta de regulación podría beneficiar a grandes compradores, quienes tienen el poder de fijar precios en un mercado fragmentado.
El proceso de renovación del INYM se presenta como una oportunidad crucial para definir el futuro del sector yerbatero argentino en un momento de gran cambio. Los productores y entidades involucradas deben enfrentar el desafío de adaptarse a las nuevas condiciones y asegurar una representación efectiva en el directorio del INYM.