Por Agroempresario.com
La venta del emblemático almacén Casa Lamaro, un ícono de la vida rural en el pintoresco pueblo de Pardo, está generando una profunda preocupación en la comunidad. Fundado en 1946 por la familia Lamaro, este comercio no solo ha sido un punto de encuentro crucial para los residentes, sino que también ha dejado una huella indeleble en la historia literaria argentina, al ser un lugar frecuentado por figuras como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo.
Basado en una reciente nota publicada en La Nación, el almacén, que ha sido un pilar de la comunidad durante 78 años, está ahora en busca de un nuevo propietario que pueda conservar su rica historia y el legado cultural que representa. César Lamaro, de 80 años, recuerda con nostalgia los días en que Borges y Bioy Casares visitaban el establecimiento, donde el escritor ciego se movía con una elegancia que desafiaba su discapacidad, y donde las conversaciones sobre literatura se mantenían al margen para disfrutar de un café y charlas sobre la vida rural.
La importancia del almacén va más allá de su función comercial; se ha convertido en un símbolo de la identidad de Pardo. La familia Lamaro, que ha gestionado el negocio desde sus inicios, ahora se enfrenta a la dura decisión de venderlo debido a la edad avanzada de César y la imposibilidad de sus hijos, Camila y Laureano, de continuar con la tradición familiar. Camila, quien vive en La Plata, y Laureano, en Barcelona, expresan su deseo de que el nuevo propietario preserve la esencia del lugar y su conexión con la historia literaria.
El impacto cultural del almacén en Pardo es innegable. La presencia frecuente de Borges, quien venía al pueblo para hablar por teléfono con su madre, y de Bioy Casares, quien contribuyó generosamente a eventos locales, ha dejado una marca profunda en los habitantes. Las anécdotas sobre sus visitas y su influencia en la vida local son parte de la memoria colectiva del pueblo.
A medida que el almacén cierra sus puertas, la comunidad local y los antiguos visitantes esperan que un nuevo propietario pueda no solo mantener el edificio, sino también continuar con la tradición de este histórico punto de encuentro. En Pardo, la pérdida del almacén representa una oportunidad perdida de conservar un pedazo invaluable de su historia y cultura.
El futuro del almacén Casa Lamaro aún está por definirse, y la comunidad de Pardo observa con esperanza y preocupación, esperando que el nuevo capítulo de esta historia sea tan significativo como el pasado que ha dejado atrás.