Innovadoras técnicas de riego del INTA: hacia una agricultura más eficiente y sostenible

Por Agroempresario.com

En el marco del XXXII Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) dio a conocer una serie de prometedoras alternativas en riego agrícola que podrían revolucionar la productividad en cultivos extensivos. Estas innovaciones no solo duplican los rendimientos en comparación con el secano, sino que también apuntan a una gestión más eficiente y sostenible del agua en la agricultura.

La Estación Experimental Agropecuaria Manfredi del INTA, reconocida por sus 28 años de experiencia en la optimización del riego, ha sido el epicentro de estos avances. Según Aquiles Salinas, director del Centro Regional INTA Córdoba y exdirector de la estación, el riego de precisión ha permitido alcanzar picos de rendimiento en soja, maíz, trigo y alfalfa. "Los pivotes no solo distribuyen agua, sino que son un soporte de otras tecnologías que contribuyen a lograr altos rindes de los cultivos", explicó Salinas.

Una de las innovaciones más destacadas es la implementación de riego con dosis variable, adaptado a los diferentes ambientes de un lote, lo que ha resultado en una mayor uniformidad en los rindes. Además, se han explorado sistemas de riego alimentados por energía solar, reduciendo la dependencia de la red eléctrica y disminuyendo costos operativos.

Otro aspecto clave ha sido el desarrollo de riego subterráneo, una técnica que se originó en Israel y que ahora está siendo adaptada para cultivos de alto valor en Argentina. Esta modalidad permite una distribución más eficiente del agua, logrando rendimientos significativamente superiores.

Además, el uso de efluentes como fuente de riego ha captado la atención de los investigadores. En la provincia de Córdoba, las plantas depuradoras generan grandes volúmenes de agua que podrían ser aprovechados para irrigar cultivos, una alternativa que no solo optimiza recursos, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental.

La combinación de estas tecnologías promete transformar el panorama agrícola argentino, haciendo que la producción bajo riego no solo sea más productiva, sino también más sostenible y eficiente.