Por Agroempresario.com
En tiempos de pandemia, cuando el encierro nos llevó a explorar nuevas actividades, la cocina se convirtió en un refugio creativo para muchos. Entre las tendencias culinarias que emergieron, la masa madre ha capturado la atención de panaderos, foodies y entusiastas de la alimentación saludable. Este método de fermentación ancestral, que data del 2000 a.C. en Egipto, ha encontrado un renovado protagonismo en las panaderías y en las mesas de quienes buscan un pan con beneficios adicionales para la salud.
La masa madre se diferencia de los panes industriales por su proceso de fermentación natural. Mientras que los panes convencionales suelen utilizar levadura comercial y aditivos para acelerar el proceso y prolongar su vida útil, la masa madre emplea una combinación de harina y agua que fermenta de forma espontánea. Este proceso lento no solo enriquece el sabor y la textura del pan, sino que también resulta en un producto más nutritivo y saludable.
Lucila Rosso, licenciada en Nutrición, explica que el auge de la masa madre durante la pandemia se debe a un creciente interés en la nutrición consciente. “El confinamiento incentivó a muchas personas a explorar la cocina y la masa madre encajó perfectamente con esta tendencia hacia alimentos con propiedades nutricionales más avanzadas”, afirma Rosso. Este pan, elaborado sin aditivos químicos, se considera un aliado en la mejora de la salud intestinal y en la prevención del envejecimiento celular.
Uno de los grandes atractivos de la masa madre es su perfil nutricional. A diferencia del pan convencional, el pan de masa madre contiene prebióticos, microorganismos vivos que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas en el colon. Esto no solo ayuda a la digestibilidad, sino que también puede ser una herramienta útil para aquellos que buscan bajar de peso, ya que la fibra presente genera una sensación de saciedad prolongada. Además, el proceso de fermentación descompone el gluten de manera más efectiva, haciéndolo una opción más amigable para personas con intolerancia al gluten.
El pan de masa madre también destaca por su riqueza en vitaminas y minerales. La presencia de vitaminas del grupo B, potasio, hierro, calcio, magnesio y zinc convierte a este pan en un excelente suplemento nutricional. Estas vitaminas y minerales juegan roles cruciales en la producción de energía, la salud ósea, la función muscular y el fortalecimiento del sistema inmune.
El proceso de preparación de la masa madre es sencillo pero requiere paciencia. Consiste en mezclar harina y agua, permitir que la mezcla fermente de forma natural y luego alimentarla periódicamente para mantener su vitalidad. Este proceso, aunque prolongado, resulta en un pan que no solo es más sabroso, sino también más beneficioso para la salud.
En resumen, la masa madre no es simplemente una moda pasajera. Es una vuelta a los métodos tradicionales de panificación que, respaldados por la ciencia, ofrecen múltiples beneficios para la salud. Así, la masa madre se posiciona como una alternativa valiosa en la búsqueda de una alimentación más equilibrada y consciente.