Claves para maximizar el rendimiento del trigo: monitoreo y fertilización estratégica

Por Agroempresario.com

A medida que el trigo avanza hacia etapas clave, los productores enfrentan desafíos que requieren una atención minuciosa. Aunque las lluvias han sido escasas, con eventos aislados de 10-20 milímetros, los cultivos de trigo en la zona núcleo muestran una evolución razonable, a pesar de la variabilidad en los lotes. "Los trigos han resistido bien las heladas y han enraizado correctamente durante junio y julio", afirma un técnico agrícola de la región.

Con los lotes tempranos terminando el macollaje y aproximándose a la elongación de los entrenudos, se hace evidente la necesidad de precipitaciones importantes en las próximas semanas para mantener el potencial de rinde. Dos aspectos clave requieren la atención de los productores en esta etapa: la vigilancia de enfermedades criptogámicas y la finalización de la nutrición del cultivo.



Ya se observa la aparición de enfermedades como la mancha amarilla en algunos lotes, y las condiciones climáticas favorecen el posible desarrollo de roya, especialmente en variedades de trigo susceptibles que se han utilizado en gran medida. Según expertos, es crucial revisar frecuentemente los lotes y actuar rápidamente si se detectan signos de infección.

Monitoreo y manejo de enfermedades
El control de enfermedades en el trigo debe ser un enfoque preventivo. Los productores cuentan con herramientas eficaces como fungicidas basados en estrobilurinas, triazoles y carboxamidas, que son esenciales para frenar el avance de hongos dañinos. En el caso de la cebada, la situación es aún más delicada, ya que es especialmente vulnerable a la mancha en red, una enfermedad que también ha comenzado a manifestarse en algunos lotes. Los profesionales del sector recomiendan actuar con rapidez para asegurar que los cultivos lleguen en óptimas condiciones a la cosecha.

Nutrición estratégica del cultivo
Además del monitoreo de enfermedades, la nutrición del trigo es otro aspecto crucial para maximizar el rendimiento. Durante esta fase, es importante completar la fertilización con urea, siempre y cuando haya suficiente humedad en el suelo. La fertilización foliar en la etapa de hoja bandera, antes de la floración, puede ser una herramienta estratégica, especialmente si se combinan aplicaciones de nitrógeno con boro, lo que puede favorecer la fijación de la floración y aumentar el número de granos por espiga.

En casos donde las lluvias acompañen, los productores podrían considerar una segunda aplicación de nitrógeno más adelante, con el objetivo de fortalecer el llenado del grano. El mercado del trigo sigue siendo atractivo, con precios en torno a los 220 dólares por tonelada, por lo que optimizar cada etapa del cultivo resulta vital para asegurar una cosecha rentable.



Con el foco puesto en la vigilancia y la nutrición adecuada, los productores de trigo están mejor posicionados para enfrentar los desafíos climáticos y asegurar una cosecha exitosa.