Por Agroempresario.com
En un pintoresco valle cercano a Cartagena, España, Repsol ha concluido la construcción de una innovadora planta de biocombustibles, marcando un hito en su estrategia de sostenibilidad. La inversión de 250 millones de euros está diseñada para transformar residuos en combustibles alternativos, con el potencial de revolucionar el transporte.
El director de la unidad, Emilio Mayoral, explicó que la planta tiene la capacidad de fabricar combustibles a partir de diversos residuos, inicialmente aceite de cocina usado. “El proceso es flexible”, dijo Mayoral, quien destacó la eficacia del biocombustible en comparación con los derivados del petróleo, con una reducción de emisiones de hasta un 90%.
Repsol, con sede en Madrid, es una de las principales empresas energéticas en Europa, con 26.000 empleados y más de 4500 estaciones de servicio. En el primer semestre de 2024, la empresa reportó ingresos de 1600 millones de euros. Además de su enfoque en biocombustibles, Repsol está comprometida con energías renovables como la eólica y la solar.
Las nuevas normativas climáticas de la Unión Europea han impulsado a Repsol a innovar. Las empresas energéticas están obligadas a aumentar la proporción de combustibles sostenibles, como el combustible de aviación sostenible, de un 2% en 2025 a un 70% en 2050. Este cambio también afecta a los combustibles automotrices, lo que hace que los biocombustibles sean una solución práctica y económica.
Los biocombustibles avanzados, como los producidos en Cartagena, son considerados cruciales para el futuro del transporte, especialmente en sectores como la aviación y el transporte pesado, que enfrentarán desafíos para adoptar energías alternativas como la electricidad y el hidrógeno.
A pesar de los desafíos, como la disponibilidad de residuos y el impacto de las importaciones baratas, Repsol está bien posicionada para capitalizar la creciente demanda. La empresa espera que la planta de Cartagena genere hasta 140 millones de euros en beneficios en 2024, respaldada por una planificación temprana y una red de proveedores asegurada.
Luis Cabra, director general adjunto de Repsol, subrayó la importancia de transformar las refinerías en lugar de cerrarlas. “Estamos comprometidos con el motor de combustión interna y seguimos avanzando hacia combustibles más ecológicos”, afirmó Cabra.
A medida que la Unión Europea refuerza sus normativas sobre emisiones, Repsol se adapta y expande su capacidad para cumplir con los estándares más exigentes, manteniéndose a la vanguardia en la industria del biocombustible.
Con esta iniciativa, Repsol no solo busca cumplir con las regulaciones climáticas, sino también consolidar su liderazgo en la transición hacia un futuro más sostenible.