Por Agroempresario.com
"Ya no deberíamos referirnos a la sostenibilidad como una buena práctica", afirma Diego López, socio de PwC. Según López, los stakeholders internos y externos de las organizaciones consideran los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) como elementos esenciales en la creación de valor. Estos criterios han pasado de ser un complemento opcional a ser fundamentales en el mapa de riesgos y oportunidades que las compañías deben gestionar, independientemente de su tamaño o sector.
Las condiciones que colocan a la sostenibilidad en el centro de la estrategia corporativa incluyen:
- Transición de lo voluntario a lo regulatorio: Las regulaciones como la Directiva de Reporte de Aspectos de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y las normas de sostenibilidad IFRS S1 y S2 están elevando la importancia de los criterios ESG. Esto exige a las empresas proporcionar información detallada sobre su desempeño en sostenibilidad.
- Cambios en las preferencias de los consumidores: Los consumidores están demandando cada vez más compromiso ambiental y social de las empresas.
- Principios para la inversión responsable: Los inversores están priorizando empresas con prácticas sostenibles y responsables.
- Requisitos para el financiamiento sostenible: Las empresas deben cumplir con estándares para acceder a financiamiento sostenible.
- Aumento de los riesgos vinculados al cambio climático: Las empresas deben considerar estos riesgos en su estrategia para mitigar impactos potenciales.
- Necesidad de robustecer la licencia social para operar: Las empresas deben mantener una relación positiva con las comunidades en las que operan.
- Crecientes requisitos para operar en mercados diversos: Los estándares internacionales están influyendo en cómo las empresas operan globalmente.
- Impacto de las prácticas sostenibles en la performance del negocio: Las prácticas sostenibles pueden mejorar el desempeño financiero y la reputación de las empresas.
Para integrar la sostenibilidad en la estrategia corporativa, Belén Zermatten, directora ESG & Sustainability de PwC, destaca que no existe una única fórmula. Las empresas deben incorporar los riesgos, oportunidades e impactos ESG en sus operaciones y establecer planes de gestión y monitoreo adecuados. Esta integración requiere un enfoque adaptable y a medida, en función de la naturaleza del negocio y su entorno.
María José Murcia, profesora de IAE Business School y directora del Centro de Estudios en Sustentabilidad e Innovación Social de la Universidad Austral, argumenta que el tema ESG ha ganado protagonismo debido a su relevancia política y económica. Las empresas ahora juegan un papel casi político en la economía digitalizada, ejerciendo una influencia significativa que supera a la de muchos estados.
Uno de los principales impulsores de la priorización de la sostenibilidad es el "efecto Bruselas", que se refiere a las nuevas regulaciones europeas que obligan a las empresas a reportar información detallada sobre sostenibilidad. La CSRD y la regulación de la SEC sobre clima son ejemplos de cómo las normativas están configurando la agenda corporativa global. Estas regulaciones buscan una mayor transparencia y consistencia en los reportes de sostenibilidad, impactando a aproximadamente 50.000 empresas en todo el mundo.
Las empresas argentinas que cotizan en mercados internacionales también se están preparando para cumplir con estas nuevas regulaciones. Por ejemplo, Genneia ha logrado un récord en capacidad instalada de energías renovables y ha emitido bonos verdes por más de 800 millones de dólares, consolidándose como líder en finanzas sostenibles en el país.
El desafío para muchas empresas es pasar del cumplimiento normativo a una visión estratégica de la sostenibilidad. Los líderes corporativos deben ver la sostenibilidad como una oportunidad para crear valor y no solo como un requerimiento de cumplimiento. Esto implica integrar datos de sostenibilidad en la toma de decisiones y superar el greenwashing, donde las afirmaciones sobre prácticas sostenibles pueden ser exageradas o engañosas.
Los inversores están buscando información clara y consistente sobre sostenibilidad, lo que está impulsando la emisión de bonos sociales, verdes y sostenibles. La Bolsa de Valores de Buenos Aires (BYMA) destaca el creciente interés en estos productos, que no solo proporcionan financiamiento sino también visibilidad y diferenciación para las empresas.
El estudio "Consumo Responsable y Triple Impacto en Argentina 2023" revela que los consumidores están cada vez más conscientes del impacto ambiental y social de las empresas. Certificaciones como la de Empresa B ayudan a las organizaciones a demostrar su compromiso con altos estándares de impacto social y ambiental.
Nespresso, por ejemplo, está implementando prácticas sostenibles al recuperar cápsulas de café y donar el café utilizado como compost. Esto refleja un compromiso con la circularidad y la sostenibilidad, adaptando sus prácticas operativas a las demandas del mercado.
La sostenibilidad ha evolucionado de ser una buena práctica a convertirse en un componente central de la estrategia corporativa. La integración efectiva de los criterios ESG no solo ayuda a cumplir con las regulaciones y expectativas de los stakeholders, sino que también ofrece oportunidades para crear valor y mejorar el desempeño empresarial. Las empresas que logren hacer de la sostenibilidad una parte integral de su estrategia estarán mejor posicionadas para enfrentar los desafíos futuros y aprovechar las oportunidades emergentes en un mercado cada vez más consciente.