Por Agroempresario.com
Las exportaciones de maíz y soja han registrado un notable incremento en volúmenes en lo que va del año, impulsadas por la recuperación productiva tras la devastadora sequía de 2023. Sin embargo, a pesar de este repunte en las ventas externas, la baja en los precios internacionales ha limitado el ingreso de divisas, generando preocupación en el sector agroexportador.
De acuerdo con un informe reciente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las ventas externas de maíz crecieron un 34% interanual, alcanzando casi 20 millones de toneladas durante la primera mitad del ciclo comercial 2023/24. Este incremento es resultado de una producción que se recuperó en un 36% respecto al ciclo anterior, con una estimación de 49 millones de toneladas.
En cuanto a la soja, el aumento fue aún mayor, con exportaciones que subieron un 69% interanual en los primeros cinco meses del ciclo. La producción de soja se incrementó un 150%, lo que permitió un significativo repunte en las ventas tras la histórica sequía que afectó la cosecha del ciclo 2022/23.
No obstante, los menores precios de ambos cultivos en los mercados internacionales han frenado el aumento en el valor total de las exportaciones. Para el maíz, los precios cayeron un 20% en el último año, lo que contrarrestó el crecimiento en los volúmenes exportados, limitando la recuperación del ingreso de dólares a solo un 5%. En el caso de la soja, el precio del poroto descendió un 25%, afectando de manera similar el valor de las exportaciones.
Un factor adicional que preocupa a los exportadores es la baja altura del río Paraná, que impacta negativamente en la logística de las exportaciones. En las últimas semanas, el hidrómetro de Rosario marcó su nivel más bajo del año, lo que genera desafíos para el transporte fluvial y podría afectar las exportaciones en lo que resta de la campaña.
Por otro lado, la nueva campaña agrícola en Estados Unidos también genera expectativas en el mercado. A pesar de las proyecciones de una cosecha abundante tanto de maíz como de soja, la demanda global no acompaña este incremento en la oferta, lo que ha provocado una caída en las cotizaciones internacionales. Esta situación ha afectado el mercado de Chicago, donde los precios de ambos cultivos alcanzaron sus niveles más bajos en los últimos cuatro años.
El sector agroexportador argentino se enfrenta así a un escenario complejo, donde el aumento en los volúmenes exportados no se traduce en mayores ingresos por la caída en los precios internacionales y los desafíos logísticos.