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Por Agroempresario.com
La reciente y pronunciada bajante del río Paraná ha generado un incremento en los costos para el sector agroexportador argentino. Según el Instituto Nacional del Agua (INA), el nivel del Paraná en la zona de Rosario descendió a apenas 0,61 metros, afectando una de las principales rutas de exportación de granos, aceites y harinas del país. Esto se traduce en una reducción de la capacidad de carga de los buques y, por ende, en mayores costos operativos para las empresas exportadoras.
Argentina, uno de los mayores productores agrícolas a nivel mundial, exporta el 70% de sus granos y el 96% de sus aceites y harinas a través de los puertos de la región de Rosario. No obstante, los niveles del río alcanzaron el segundo valor más bajo desde 1970, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). A modo de comparación, en mayo pasado el río superaba los 3 metros, permitiendo operaciones más eficientes.
Esta situación ha obligado a los buques a reducir sus cargas entre un 10% y un 15% adicionales a lo habitual para evitar encallar. Como alternativa, muchas empresas están utilizando el puerto de Bahía Blanca, en el sur de Buenos Aires, lo que aumenta los costos logísticos debido a la necesidad de redirigir las cargas y completar los envíos en diferentes puntos.
Las previsiones no son alentadoras. De acuerdo con los pronósticos del INA, no se esperan mejoras significativas en el nivel del Paraná para los próximos meses. Desde la BCR advierten que, incluso en los mejores escenarios, el nivel del río no superará el metro hasta mediados de noviembre. Esta prolongada bajante implica mayores costos para las empresas exportadoras, que deben ajustar el volumen de carga y buscar puertos alternativos, generando pérdidas considerables en la industria agroexportadora.
A medida que se transportan menores volúmenes en cada embarque, los precios de exportación también se ven afectados. Si el panorama no mejora, la agroindustria argentina podría enfrentar graves pérdidas económicas en los próximos meses, dada la importancia de estas exportaciones para la economía del país.
Mientras Argentina enfrenta la crisis por la bajante del Paraná, Brasil, otro gigante agrícola de la región, también atraviesa problemas debido a la sequía. La producción de granos en Brasil caerá un 6,7% este año, según estimaciones oficiales, con una producción total de 298,4 millones de toneladas.
La irregularidad en las lluvias ha afectado principalmente los cultivos de soja y maíz en estados clave como São Paulo y Paraná. La cosecha de soja, que representa el cultivo más importante de Brasil, se reducirá en un 5%, alcanzando las 147,4 millones de toneladas, mientras que la de maíz caerá un 12,3%, hasta los 115,7 millones de toneladas.
La sequía que afecta a Brasil es la peor en 75 años, lo que ha exacerbado los problemas en otros sectores agrícolas, como la producción de café y azúcar, además de provocar incendios forestales en varias regiones. Aunque algunos cultivos como el arroz y el algodón han mostrado incrementos en sus producciones, el futuro de la agricultura brasileña se encuentra en riesgo.
La combinación de una bajante histórica del Paraná en Argentina y la sequía en Brasil genera un panorama complicado para el sector agroexportador de la región. Ambos países enfrentan desafíos significativos debido a las condiciones climáticas, lo que afectará sus economías en el corto y mediano plazo. En Argentina, la situación pone en peligro uno de los pilares de su balanza comercial, mientras que Brasil también verá afectada su producción agrícola, con repercusiones a nivel global.
