Por Agroempresario.com
Un informe de la Fundación Mediterránea, presentado por el investigador Tobías Lucero, destaca que, ante la falta de buenos precios internacionales, el clima será determinante para el ingreso de dólares del campo en 2025. Desde mediados de 2022, las cotizaciones de las principales commodities agrícolas han seguido una tendencia descendente, afectando notablemente a la soja, que se ha desvalorizado un 30% en solo dos años.
Lucero subrayó que la soja, que promedió US$613 por tonelada en 2022, ha caído a US$428 en los primeros ocho meses de este año. La incertidumbre persiste respecto a si los precios han tocado fondo o si aún se pueden esperar más caídas. Para el último cuatrimestre de 2024, los futuros apuntan a un promedio de US$371 por tonelada, mientras que para 2025 se estiman en US$382, aún por debajo del promedio de los últimos 25 años (US$480).
El informe también menciona que las proyecciones de buenas cosechas en Estados Unidos y Sudamérica podrían intensificar la presión sobre los precios. Aunque se espera un dinamismo en la demanda, especialmente de China, las reservas en stock del gigante asiático sugieren que su capacidad para absorber grandes cosechas será limitada, lo que podría llevar a concesiones en los precios.
Para Argentina, la perspectiva no es alentadora. Las exportaciones de commodities agrícolas representan el 60% de los ingresos brutos por comercio exterior, y se estima que en 2025 estas caerán a US$31.600 millones, un 1,5% menos que este año. Si se ajusta el gasto en importaciones de oleaginosas, el flujo neto podría mantenerse estable en torno a los US$29.400 millones.
A pesar de las malas noticias en el sector agrícola, las inversiones en energía están en aumento, lo que podría ayudar a compensar la caída de ingresos del campo. Sin embargo, la sostenibilidad de este sector dependerá de las condiciones climáticas y de las cosechas.
Lucero concluye que el futuro de las exportaciones agrícolas dependerá de varios factores, incluidos los precios internacionales, las condiciones climáticas y la situación macroeconómica del país. La incertidumbre sobre el control de plagas y la asignación de tierras entre cultivos también influirán en la proyección de existencias de soja y, por ende, en el ingreso de divisas en 2025.