Por Agroempresario.com
El encarecimiento de la maquinaria agrícola en Argentina se ha acentuado en los últimos meses, en un contexto marcado por la caída de los precios internacionales de los commodities. Según un informe de Coninagro, en agosto, la compra de cosechadoras y tractores se encareció un 1,5% en comparación con julio, requiriendo un 41% y 38% más de granos, respectivamente, en relación con el promedio de los últimos cinco años.
El informe destaca que la relación entre el costo de los insumos agrícolas y el valor de los granos se ha deteriorado, lo que ha llevado a un notable deterioro en el poder adquisitivo de los productores. Este fenómeno es impulsado por diversos factores, como el aumento del gasoil, la apreciación cambiaria y la baja de los precios de los granos.
En cuanto al flete, la situación es igualmente preocupante. En lo que va del año, los costos de flete han aumentado un 140%. En enero, se requerían 162 kilos de maíz para cubrir un flete de 300 kilómetros; hoy, se necesitan 227 kilos, lo que refleja la presión que enfrentan los productores en términos de costos operativos.
A pesar de este panorama desfavorable, el informe señala que hay excepciones en la tendencia general. La relación de precios entre granos y herbicidas, fertilizantes e inmuebles rurales ha mostrado mejoras, lo que brinda un respiro parcial a los productores.
En el ámbito ganadero, el reporte revela que el poder de compra del novillito ha disminuido. En agosto, se necesitaban 1,3 kilos de ternero para adquirir uno de novillito, lo que representa un aumento del 10% en comparación con el mismo mes del año anterior. A pesar de esta caída, la relación con inmuebles rurales y urbanos se mantiene en un nivel aceptable en comparación con los valores de 2023 y el promedio de los últimos cinco años.
En conclusión, el sector agropecuario argentino enfrenta un escenario complejo, donde el encarecimiento de maquinaria y la presión sobre los costos de flete afectan severamente el poder adquisitivo de los productores, a pesar de algunas mejoras en ciertas áreas. Este contexto plantea desafíos significativos para la sostenibilidad y el crecimiento del campo argentino en el futuro.