Por Agroempresario.com
Las mandarinas, con su delicioso sabor y práctico consumo, son una opción favorita entre los cítricos. Sin embargo, su fuerte olor puede llevar a algunas personas a optar por otras frutas, especialmente en entornos sociales. A pesar de esto, los nutricionistas destacan su valor como fuente de nutrientes esenciales que ayudan a mejorar la alimentación y proteger el sistema inmunológico.
Estas pequeñas frutas están cargadas de beneficios. “La mandarina, como la mayoría de los cítricos, posee una pulpa formada por numerosas vesículas llenas de jugo rico en vitamina C, flavonoides, betacaroteno y aceites esenciales”, señala un artículo publicado en Infobae. Además, su contenido de ácido fólico es fundamental, ya que los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, así como en la síntesis de material genético.
Otro de los grandes beneficios de las mandarinas es su riqueza en potasio, que ayuda en la transmisión de impulsos nerviosos y en la actividad muscular. “Su contenido de potasio es clave, al igual que su aporte de calcio, magnesio y, en menor cantidad, hierro, zinc y fósforo”, indica la misma fuente.
La fibra presente en las mandarinas, especialmente la pectina, es esencial para prevenir el estreñimiento y enfermedades cardiovasculares. Además, el ácido cítrico que contienen les confiere una agradable acidez y potencia los efectos de la vitamina C, proporcionando un efecto desinfectante.
Para aquellos que buscan mantener una dieta equilibrada, se recomienda consumir de dos a tres mandarinas diarias para cubrir las necesidades de vitamina C. “Este consumo diario es especialmente beneficioso para embarazadas, fumadores, lactantes y diabéticos”, asegura la nutricionista Denise Ferrero en el artículo de Infobae.
Las mandarinas también son aliadas en la pérdida de peso. Gracias a su bajo índice glucémico y alto contenido de fibra, “ralentizan la digestión de los alimentos, prolongando la sensación de saciedad durante el día”, lo que las convierte en una excelente opción en planes alimentarios enfocados en la reducción de peso.
Por último, su bajo contenido de azúcar y alto aporte de agua las destacan en el ámbito nutricional, ayudando en la digestión y siendo adecuadas para el tratamiento de úlceras e infecciones estomacales.
En resumen, la mandarina es una fruta fundamental para conservar una buena salud y prevenir enfermedades, especialmente en épocas de resfríos y virus comunes. Su fácil inclusión en la dieta diaria la convierte en un aliado imprescindible para mejorar la calidad de vida y el bienestar general.
