Por Agroempresario.com
El Monitor de Relaciones Insumo-Producto de septiembre de 2024, elaborado por Coninagro en colaboración con Data Miazzo, arroja datos alarmantes sobre la situación actual de la economía agropecuaria en Argentina. La mayoría de los productos del campo, incluyendo granos y carne, han perdido poder de compra frente a insumos fundamentales, así como a fletes y maquinaria, lo que plantea serias dudas sobre la viabilidad del sector.
El informe destaca una drástica brecha entre el valor de los granos y los costos de transporte, que se han visto severamente afectados por el aumento del precio del gasoil y la apreciación cambiaria. Desde enero hasta agosto de este año, el costo de un flete de 300 km ha aumentado un 40%, requiriendo ahora 227 kg de maíz para cubrirlo, en comparación con los 162 kg necesarios a principios de año. Esto significa que, en un contexto donde el precio del maíz ronda los 40 USD por tonelada, el flete representa aproximadamente 9,08 USD por tonelada, un costo considerable para los productores.
La adquisición de maquinaria agrícola también ha presentado un aumento significativo. En agosto de 2024, se necesitaban 1.604 toneladas de soja para adquirir una cosechadora, lo que representa un incremento del 41% respecto al promedio de los últimos cinco años, cuando el promedio era de 1.137 toneladas. En términos monetarios, el costo de una cosechadora ha subido de 24.000 a 33.600 USD.
Sin embargo, no todo son malas noticias. Algunos insumos, como el glifosato y ciertos fertilizantes, han mostrado una leve mejora en términos de poder adquisitivo de los granos, gracias a la estabilización de sus precios internacionales. Por ejemplo, el costo del glifosato ha disminuido un 15% en el último semestre, permitiendo que se necesiten 0,4 toneladas de soja para adquirirlo, en comparación con 0,5 toneladas a principios de 2024.
El sector ganadero también se encuentra en una situación complicada. El precio del novillito, que promedia actualmente 3.500 ARS por kilo en el mercado, ha perdido un 20% de poder adquisitivo en comparación con los precios de hace un año. Además, los criadores enfrentan un encarecimiento del ternero, cuyo costo ha subido un 25% en el último año, alcanzando un promedio de 65.000 ARS.
En resumen, los productores agropecuarios deben lidiar con la presión constante de los costos, lo que pone en jaque su capacidad para mantenerse rentables. La situación exige medidas urgentes para abordar las inquietudes de un sector vital para la economía nacional.