Por Agroempresario.com
Latinoamérica se posiciona como la segunda región con mayor potencial para el desarrollo y comercialización de proyectos de créditos de carbono, especialmente en Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), que abarcan la Agricultura, Bosques y Usos del Suelo (AFOLU). En los últimos cinco años, se emitió un 22% de los créditos de carbono globales desde esta región, derivado de un total de 457 proyectos.
A pesar de este gran potencial, Argentina no forma parte de los más de 50 países que han establecido acuerdos para la transferencia de reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero, en el contexto del Acuerdo de París. Esta situación es considerada por la Mesa Argentina de Carbono como una falta de apertura hacia un tema crucial para el desarrollo nacional y esencial para la acción climática.
Juan Pedro Cano, coordinador de la Mesa Argentina de Carbono, participó en un conversatorio organizado por la Cancillería Argentina, donde subrayó que “los mercados de carbono internacionales pueden financiar muchos proyectos de reducción de emisiones en Argentina que actualmente no son viables a través de los mercados voluntarios”. Cano enfatizó la necesidad de que el gobierno, junto al sector privado, facilite acuerdos y canales de negociación con otros países para impulsar potenciales transferencias internacionales de reducciones de emisiones. También es crucial trabajar en iniciativas que fomenten la demanda interna.
Desde la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, se anunció que se actualizarán las reducciones previstas de emisiones de gases de efecto invernadero (NDC) hasta 2035. Este enfoque busca promover el intercambio de tecnologías, asociar los mercados con beneficios ambientales y sociales, facilitar el acceso a mercados más exigentes en términos ambientales y atraer inversiones sostenibles.
En paralelo, la Secretaría de Energía ha presentado un proyecto de sistema de comercio de emisiones, dado que se vislumbra la necesidad de que Argentina cumpla con requisitos internacionales para competir y comerciar en este ámbito. La disponibilidad de recursos renovables en el país podría no solo permitir que Argentina logre su transición energética, sino también contribuir al esfuerzo global en este sentido.
Argentina cuenta con un vasto territorio adecuado para la bioenergía, un potencial hidroeléctrico aún sin desarrollar, producción de biocombustibles, 3.000 kilómetros de costa marítima para la producción de hidrógeno bajo emisiones y sus derivados, así como recursos de gas no convencional. Esta combinación de factores ofrece una oportunidad significativa para que Argentina se convierta en un proveedor clave de reducción de emisiones a nivel mundial, promoviendo no solo el desarrollo sostenible interno sino también contribuyendo a la acción climática global.