En el departamento de Cruz del Eje existe un pueblo llamado Cruz de Caña que es un verdadero paraíso natural. Entre sus maravillas, se destaca el río San Guillermo, un curso de agua turquesa de distintos niveles de profundidad.
Ubicado a 120 kilómetros de la capital, el río San Guillermo se suma a las demás bellezas naturales del noroeste provincial. Hace unos años, el sitio era un “secreto” de la región, pero con los años empezó a tener popularidad y a recibir turistas de todo el país.
San Guillermo es un río serrano caudaloso que desciende de Los Gigantes y es alimentado por el Río Grande y el Río Guasta. El curso de agua se destaca por su paso por la pequeña localidad de Cruz de Caña y luego, se dirige rumbo a Soto, donde sus aguas se pierden en bañados.
Si bien el río es en sí mismo un excelente punto, tiene diferentes tramos que son obligatorios para conocer. Por un lado, está el Vado y la Playita, dos sitios que permiten pasar el día, con asadores y sombra.
Por otro lado, a 800 metros río arriba del vado, se encuentra la Parada Romero; una playa tranquila con un piletón de agua cristalina, de diferentes profundidades. Se llega transitando un camino con vehículo y luego, caminando por un sendero corto.
Otro de los tramos, es conocido como Pozo del Sueño, con una cuenca hídrica que tiene una profundidad de siete metros. También se destacan los siguientes puntos: Los Cajones, La isla, Las Cascadas, Cascada El Salto y Cerro Cruz de Caña.
Partiendo de la ciudad de Córdoba, se puede acceder al río San Guillermo por la ruta nacional 38 hasta Villa del Soto. Desde allí, se debe tomar la ruta provincial 15. Se pueden seguir las indicaciones a la Estancia Jesuítica La Candelaria, ubicada a sólo 15 kilómetros del curso del agua.
En colectivo, la empresa Ersa es la única que llega hasta Cruz de Caña, desde la Terminal de Córdoba o Terminal de Villa de Soto.
Vía País