Por Agroempresario.com
En septiembre, los consumidores pagaron $3,40 por cada $1 recibido por los productores de agroalimentos, según el último Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este estudio destacó que la participación del productor en el precio final de venta fue del 24,7%, marcando una caída del 20,1% respecto al mes anterior.
Productos con mayores brechas: limón y mandarina en crisis
Entre los agroalimentos con mayor diferencia entre el precio de origen y el de destino se destacan:
- Limón: Multiplicó su precio 14,5 veces. A pesar de un aumento del 25,6% en origen, las industrias no cubren los costos de producción, lo que forzó a muchos citricultores a no cosechar.
- Mandarina: Los precios crecieron un 15,2% en origen y 4,5% en destino. La zafra en Entre Ríos sufrió una merma del 50% al 70% debido a granizo y vientos intensos.
- Lechuga: La producción aumentó, generando una caída de precios del 48,1% en origen y del 21,9% en góndola.
- Manzana y pera: Aunque los precios en destino subieron (9,5% y 3,5%, respectivamente), en origen hubo comportamientos dispares: la manzana no registró cambios, mientras que la pera subió 16,3% por escasez.
El pollo, el producto con menor brecha de precios
En el otro extremo, productos como el pollo, los huevos y algunas hortalizas mostraron menores diferencias entre el valor recibido por los productores y el pagado por los consumidores:
- Pollo: Con un aumento del 1,4% en góndola y una baja del 4,8% en origen, este alimento sigue ganando popularidad como reemplazo de la carne vacuna.
- Huevos: Incrementaron sus precios tanto en origen (7,5%) como en destino (14,6%).
- Papa y repollo: Mientras la papa se mantuvo estable en góndola, el repollo presentó una disminución del 34,5% en origen y del 17,1% en destino, impulsado por el crecimiento de la oferta.
- Frutilla: Fue la única fruta con baja brecha, debido a un exceso de oferta que provocó caídas del 46,4% en origen y del 19,6% en góndola.
Aumento de costos y baja demanda complican el panorama
El informe de CAME también subrayó que las subas en los costos de insumos dolarizados, transporte, tasas municipales y salarios afectan a todos los eslabones de la cadena de valor. Además, la demanda cayó un 35% en septiembre por la pérdida de poder adquisitivo del consumidor, obligando a minoristas y mayoristas a reducir márgenes de ganancia.
El panorama refleja los desafíos que enfrenta el sector agroalimentario argentino, en un contexto de alta inflación y costos crecientes. La necesidad de medidas que equilibren la cadena de valor resulta cada vez más urgente para garantizar la sustentabilidad del sector productivo y precios accesibles para el consumidor final.