Por Agroempresario.com
A tan solo 150 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra Berdier, un encantador pueblo rural de apenas 200 habitantes que ha encontrado en su tradicional fiesta de la tortita negra una forma de atraer turistas y preservar su identidad cultural. Este evento anual, que celebra uno de los clásicos de la panadería argentina, se ha convertido en un atractivo para aquellos que buscan disfrutar de las fiestas populares en la provincia de Buenos Aires.
Cada año, durante la fiesta de la tortita negra, Berdier se llena de visitantes que llegan para degustar versiones caseras de esta emblemática factura, caracterizada por su esponjosa masa y la crujiente capa de azúcar negra. La celebración no solo ofrece la oportunidad de probar estas delicias, sino que también incluye talleres donde las familias del pueblo comparten sus secretos de preparación y una competencia para elegir la “mejor tortita negra” del año.
Además de la gastronomía, la fiesta cuenta con muestras de productos regionales, artesanías y música en vivo, creando un ambiente festivo que invita a todos a disfrutar de la calidez y hospitalidad de la comunidad. Este año, el evento se realizará el próximo fin de semana, y se espera una concurrencia aún mayor que en ediciones anteriores.
El acceso a Berdier es sencillo: desde la Ciudad de Buenos Aires se puede tomar la Autopista Acceso Oeste hasta Luján, luego continuar por la Ruta Nacional 7 en dirección a Junín y desviar por caminos rurales bien señalizados. El trayecto no solo es corto, sino que ofrece paisajes campestres que son un verdadero preludio de la tranquilidad que se encontrará en el pueblo.
Berdier nació a principios del siglo XX, gracias a la donación de tierras de las hermanas Hortensia y Corina Berdier, y el establecimiento de una estación de tren que facilitó el transporte de productos agrícolas. Sin embargo, con el cierre de la estación, la población y la actividad económica disminuyeron. Hoy, el turismo y las festividades populares se han convertido en una manera de mantener viva la comunidad y su rica cultura.
A pesar de su tamaño, Berdier ofrece diversas atracciones, entre las que destaca su antigua estación de tren, un símbolo del pasado próspero del pueblo y un lugar perfecto para los aficionados a la fotografía. Los visitantes también pueden disfrutar de grandes extensiones de campo, ideales para paseos a pie, en bicicleta o a caballo.
La fiesta de la tortita negra es más que un evento gastronómico; es una celebración de la identidad de Berdier, un recordatorio de la importancia de preservar las tradiciones en un mundo en constante cambio. Así, este pequeño pueblo rural demuestra que la cultura y la comunidad pueden florecer, incluso en los lugares más inesperados.