Por Agroempresario.com
En los últimos meses, el mercado inmobiliario rural de Argentina ha experimentado un notable repunte, impulsado por un renovado interés en la compra de campos agrícolas. Este resurgimiento se refleja en un aumento significativo de las consultas, visitas a establecimientos y el cierre de operaciones. En particular, las tierras de clase uno, reconocidas por su alta productividad, han visto un incremento del 10% en el precio por hectárea, un indicativo claro de la creciente confianza en la situación económica del país y en el rumbo que ha tomado el Gobierno.
Los expertos del sector destacan que, tras un periodo de incertidumbre durante la administración anterior, los precios de los campos agrícolas han ido recuperándose gradualmente. Según Juan José Madero, director de la División Campos de L.J. Ramos Brokers Inmobiliarios, “el mercado está sobredemandado por campos agrícolas de calidad”. A fines del año pasado, se registró un salto de precios de US$12,500 a US$15,000 por hectárea, y en lo que va de este año, se han alcanzado valores de hasta US$16,000. Actualmente, algunos propietarios están considerando pedir hasta US$18,000, a la espera de cómo responderá el mercado.
Además, el efecto del blanqueo de capitales implementado por el Gobierno ha generado un impacto positivo en la venta de propiedades rurales, aumentando el interés de nuevos inversores. Federico Nordheimer, CEO de la inmobiliaria rural homónima, subraya que “hay un aumento notable en el interés por propiedades rurales”, con la aparición de inversores que anteriormente no consideraban el sector. Esta tendencia se debe en parte a las lecciones aprendidas durante la pandemia, donde otros sectores, como el turismo y los restaurantes, enfrentaron desafíos significativos, mientras que el campo mantuvo un rendimiento constante.
El tipo de campos que están generando mayor interés siguen siendo los agrícolas, que son considerados el motor del mercado. Las operaciones varían en tamaño, siendo comunes aquellas que oscilan entre uno y cinco millones de dólares, aunque también se han registrado transacciones más grandes, superiores a diez millones. Sin embargo, Madero advierte que la demanda de campos ganaderos y marginales es más selectiva, evidenciando una dinámica diferente en estos sectores.
Mientras tanto, el CEO de Álzaga, Unzué y Cía, Mariano Maurette, reafirma que “hay un buen movimiento” en el mercado, con operaciones que se concretan con más decisión que en el pasado. Este optimismo se debe a la confianza en un Gobierno que ha empezado a mostrar números favorables, junto con el atractivo internacional que presenta Argentina en medio de un panorama complejo.
No obstante, el sector aún enfrenta desafíos, como el impacto de la sequía, que podría llevar a algunos inversores a frenar sus decisiones hasta que las condiciones climáticas mejoren. Además, la caída en los precios de los commodities a nivel mundial representa otro factor que podría influir en el mercado de compraventa de campos.
En conclusión, la actual dinámica del mercado inmobiliario rural en Argentina sugiere una tendencia positiva hacia la compraventa de campos agrícolas, impulsada por una mayor confianza en el futuro del país y el impacto del blanqueo de capitales. Sin embargo, será fundamental monitorear las condiciones climáticas y los precios internacionales de los commodities para evaluar la sostenibilidad de esta recuperación.