Por Agroempresario.com
El avance de los autos eléctricos y la transición hacia la movilidad sostenible ya es un desafío en Argentina. Mientras algunos gobiernos locales modifican beneficios fiscales, como la exención de patentes, la discusión a nivel nacional gira en torno a la posibilidad de establecer un cupo para autos eléctricos importados con arancel reducido, del actual 35% al 2%. La medida busca fomentar inversiones mediante el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y atraer la producción de vehículos híbridos y eléctricos en el país.
El mercado global muestra una creciente adopción de autos híbridos, que combinan motores de combustión y eléctricos, permitiendo reducir emisiones sin depender totalmente de baterías. Modelos como el Toyota Corolla y Corolla Cross, que lideran ventas en Argentina, demuestran que la tecnología híbrida no está limitada a vehículos de alta gama. Sin embargo, aún persiste el debate sobre si otorgar incentivos por igual a híbridos y eléctricos puros es lo más conveniente para estimular el mercado local.
Inversiones y desafíos del mercado local
En este contexto, Renault ha manifestado su interés en adherirse al RIGI para producir en Argentina su pick-up compacta híbrida “Niágara Concept”. A la par, la automotriz se prepara para competir con la oferta global de autos eléctricos puros, algunos desarrollados en Europa pero fabricados en China, aprovechando la experiencia industrial de ese país. La cooperación entre ambas regiones permite a empresas como Renault aprender y adaptarse a los cambios del mercado.
Las políticas de otros mercados también influyen en el rumbo de la industria argentina. En Europa, por ejemplo, se aplicaron aranceles a autos eléctricos chinos para proteger a los fabricantes locales. Mientras tanto, en Brasil, se debate la conveniencia de establecer cupos y aranceles preferenciales para evitar una inundación de vehículos eléctricos importados. En Argentina, este tipo de medidas podría facilitar el ingreso de tecnologías avanzadas, pero también presenta el riesgo de desalentar la producción nacional.
La importancia de un marco competitivo
Uno de los principales desafíos para la industria es reducir los costos de producción de autos eléctricos, haciéndolos más accesibles para el mercado masivo. Las marcas chinas, como BYD, ya dominan la producción mundial de estos vehículos, ofreciendo modelos a precios competitivos. Fabricantes europeos, como Renault, recurren a alianzas estratégicas con China para mantenerse competitivos, lo que plantea la necesidad de que Argentina adopte una política que equilibre incentivos con producción local.
Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina y Sudamérica, advirtió que permitir importaciones masivas sin aranceles podría desincentivar la producción en el país. "Si es más barato importar que producir, no será competitivo fabricar localmente. En Brasil, donde no hay cupo para autos eléctricos, muchas terminales consideran mover su producción a China. Hay que evaluar qué modelo de negocio conviene al país”, señaló.
Perspectivas hacia el futuro
La incorporación de vehículos eléctricos y el desarrollo de nuevas tecnologías de propulsión, como las baterías de hidrógeno, son parte de un escenario en evolución. El hidrógeno, que promete ser una alternativa viable a largo plazo, aún enfrenta desafíos relacionados con infraestructura y costos de producción. No obstante, marcas globales continúan apostando por esta tecnología para aplicaciones específicas, como transporte pesado y viajes de larga distancia.
En Argentina, la discusión sobre aranceles y cupos para autos eléctricos e híbridos será clave para definir el camino hacia una industria automotriz más sostenible. A medida que se implementan políticas como el RIGI, la industria deberá encontrar el equilibrio entre incentivar la inversión extranjera y fortalecer la producción local, garantizando un futuro más verde y competitivo.
