Por Agroempresario.com
Con un diseño que replica las dimensiones, peso y dureza de las cerezas comerciales, especialistas del INTA han desarrollado una cereza electrónica equipada con sensores que recorre el proceso de empaque y transporte junto con las frutas reales. Este dispositivo proporciona datos clave a través de un transmisor Bluetooth, baterías de litio recargables y un acelerómetro, permitiendo identificar los puntos del proceso donde se producen golpes y optimizar la logística.
Este avance resulta estratégico en un sector que busca mejorar la calidad y rentabilidad de las exportaciones de cerezas, ya que minimizar los descartes incrementa el valor comercial del producto.
Durante 2024, Argentina exportó 7.210 toneladas de cerezas hacia Europa, Estados Unidos, Hong Kong, Singapur y China, con un precio promedio de 4 dólares por kilo, según la CAPCI (Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados). En este contexto, evitar el deterioro de las frutas es crucial para sostener los ingresos de los productores.
“Para reducir al máximo los daños durante empaque y traslado, desarrollamos esta cereza electrónica que registra los impactos en tiempo real”, explica Andrés Moltoni, referente del Laboratorio de Agroelectrónica del INTA.
El especialista señala que las frutas suelen sufrir pérdidas del 5% por pitting, una lesión superficial que reduce su valor comercial. “Si aplicamos esta tecnología correctamente, podríamos disminuir las pérdidas hasta un 50%, lo que representa 180.000 kilos adicionales, equivalentes a 720.000 dólares en exportaciones”.
Liliana San Martino, investigadora del INTA Los Antiguos, agrega que las pérdidas por pitting pueden variar entre un 10% y un 40%, según las condiciones del empaque. “El problema es que los daños no son visibles de inmediato; aparecen hasta tres semanas después, ya en el destino final”, explica.
“Al usar esta tecnología en plantas de empaque, ya logramos ajustes en las cintas transportadoras para reducir los saltos que provocaban golpes”, destaca San Martino. Además, menciona que las calibraciones se realizaron durante cuatro temporadas y con diferentes variedades de cerezas para perfeccionar los procesos.
Productores de Argentina y Chile ya han mostrado interés en la tecnología, dado su potencial para mejorar la rentabilidad.
El prototipo de la cereza electrónica se ha actualizado con nuevas funcionalidades. Ahora incorpora un transmisor Bluetooth, lo que permite conectar el dispositivo a un teléfono móvil y obtener datos en tiempo real. Además, utiliza una batería recargable de litio diseñada a medida para mantener el peso y tamaño adecuados.
Moltoni explica que se mejoró el encapsulado del dispositivo mediante impresión 3D, probando distintos materiales, desde plásticos rígidos hasta opciones flexibles, para garantizar precisión en las mediciones.
“La cereza electrónica se convierte en una herramienta esencial para evaluar el impacto de los golpes y optimizar los procesos de empaque”, señala Moltoni. La implementación de este tipo de tecnologías permite tomar decisiones informadas, reducir el desperdicio y mejorar la eficiencia económica en el sector.
San Martino concluye: “Hoy los productores comprenden que cuidar la fruta es cuidar el negocio. Cada avance tecnológico en el sector es una inversión hacia una mayor rentabilidad y competitividad en los mercados internacionales”.