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Por Agroempresario.com
Los indicadores económicos recientes muestran que la economía argentina comienza a dar señales de recuperación tras meses de recesión profunda. Sin embargo, los datos son dispares entre los sectores productivos, lo que refleja un escenario aún frágil y con avances heterogéneos. Desde el Gobierno sostienen que lo peor ya pasó, pero los analistas señalan desafíos significativos para consolidar el crecimiento.
De acuerdo con el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC, en agosto de 2024 la economía creció apenas un 0,2% respecto al mes anterior, desacelerándose tras el aumento del 2,1% registrado en julio. A nivel interanual, sin embargo, la actividad cayó un 3,8%, golpeando especialmente a sectores estratégicos como la construcción (-18%), la industria (-6,7%) y el comercio (-7,9%). En contraste, actividades como la energía, minería y pesca registraron subas de hasta 17,1%, lo que sugiere una recuperación parcial en nichos específicos.
El Ministerio de Economía sostiene que los números negativos interanuales se deben, en parte, al impacto de medidas fiscales transitorias y al estímulo económico durante 2023. Según Martín Vauthier, asesor del ministro Luis Caputo, "la tendencia sugiere que la fase más dura de la recesión ha quedado atrás, con signos de mejora gradual en los últimos meses".
No obstante, algunos indicadores anticipados para septiembre muestran retrocesos. Por ejemplo, los ingresos por IVA y el impuesto al cheque, dos variables sensibles al consumo, cayeron un 10,8% y un 13,5%, respectivamente, en comparación con agosto. Además, la confianza del consumidor, medida por la UTDT, se redujo un 4,5% tras haber aumentado un 1,6% en agosto, lo que evidencia incertidumbre entre los consumidores.
Un informe de la consultora LCG advierte que, aunque los salarios mostraron una leve recuperación en términos reales desde marzo, aún no logran impulsar el consumo de forma significativa debido a la baja base de comparación. En términos interanuales, el poder adquisitivo de los trabajadores se encuentra un 22% por debajo del nivel del año pasado, lo que representa un obstáculo para el crecimiento sostenido.
Por otro lado, la industria podría mostrar signos de alivio. Datos preliminares de septiembre, recopilados por la Fundación FIEL, indican que la producción fabril aumentó un 1,4% mensual, aunque sigue un 7% por debajo del mismo mes del año anterior. Entre los sectores más dinámicos se destacan alimentos y bebidas, que registraron una mejora gracias al aumento en la producción de alimentos y una desaceleración en la caída de bebidas.
El equipo económico prevé que el crecimiento será leve y dispar en los próximos meses. Se espera que la actividad económica caiga más del 3,5% en 2024, alineándose con las previsiones del presupuesto. A pesar de la posibilidad de una recuperación hacia fin de año, los primeros trimestres negativos complicarán las comparaciones anuales.
El consumo interno sigue siendo una de las áreas más golpeadas, pero desde el Gobierno confían en que las medidas para estabilizar la economía contribuirán a una mejora en los últimos meses del año. Sin embargo, los analistas advierten que el crecimiento será modesto y dependerá en gran parte de la evolución del poder adquisitivo y la inversión privada.
En resumen, aunque la economía argentina comienza a mostrar algunos signos de mejora, la recuperación aún es frágil y heterogénea. Las próximas semanas serán clave para determinar si los sectores más rezagados logran recuperar terreno y consolidar un crecimiento más sostenible.
