Por Agroempresario.com
En un rincón idílico de la Patagonia, el arroyo Nant y Fall se despliega con majestuosas cascadas que dan vida a los coloridos campos de tulipanes de Trevelin, Chubut. La belleza de este paisaje ha atraído a turistas y visitantes, ofreciendo una experiencia única en la que la naturaleza y la tradición agrícola se entrelazan.
El arroyo, que serpentea a lo largo de 21 kilómetros, cuenta con siete saltos de agua, de los cuales tres son accesibles por tierra, mientras que cuatro permanecen ocultos y solo son visibles desde el aire. "Nunca imaginé encontrar paisajes tan impresionantes", señala Maitén Marchano, una visitante entusiasta. “A medida que avanzaba por los senderos, descubrí paisajes que parecían salidos de cuentos: cordones montañosos y bosques verdes coronan la vista espectacular”, agrega, según el artículo publicado en La Nación.
El lago Rosario, un espejo líquido habitado por colonias de flamencos y cisnes, es el punto de partida del arroyo, que desemboca en el Río Grande, conocido por su intenso color turquesa. “Desde el aire, el color del agua es nunca visto”, sostiene Noelia Vivqua, quien tuvo la oportunidad de sobrevolar los saltos ocultos junto a su pareja, Juan Manuel Baiutti.
La historia de la región se entrelaza con la de sus habitantes. Nelson Owen, un descendiente de galeses que ha vivido toda su vida en esta área, cuenta que su madre fue la impulsora de la creación de la primera reserva natural de la provincia. "Mi madre fue la impulsora de la reserva natural, para que el lugar pueda ser apreciado y conservado por todos los visitantes", afirma Owen. Esta reserva no solo protege la biodiversidad local, sino que también permite a los turistas disfrutar de tres cascadas visitables: La Petisa, Las Mellizas y la Larga, esta última con una caída de 64 metros.
El arroyo no solo es un atractivo turístico, sino que también es vital para la agricultura local. Juan Carlos Ledesma, dueño de un campo de tulipanes, destaca la importancia del agua del arroyo para irrigar sus cultivos. "El arroyo es vida para los tulipanes. Gracias a ese riego, pudimos hacer los sembrados de flores", afirma Ledesma, enfatizando la conexión entre el agua y la belleza floral que atrae a visitantes de diversas partes.
A pesar de su belleza, el arroyo Nant y Fall y sus cascadas siguen siendo un secreto para muchos. “Pocos de los habitantes locales conocen todos los saltos”, comenta Pablo Gerez, empresario del turismo de naturaleza en la región. Sin embargo, para quienes decidan explorar este paraíso natural, la experiencia es indescriptible.
Con su combinación de paisajes impresionantes, historia cultural y un vibrante sector agrícola, Trevelin y el arroyo Nant y Fall prometen ser un destino inigualable en la Patagonia, donde cada visita se convierte en un descubrimiento de la naturaleza y sus maravillas.