e forma individual nunca vamos a tener la capacidad de generar la cantidad de datos que logra Ravit. Estoy convencido de que si ponemos en común la información y la interpretamos correctamente vamos a lograr resultados con mayor velocidad”, reflexiona Guillermo Aguirre, productor de La Josefina, un campo ubicado a pocos kilómetros de Río Segundo, en el centro de la provincia.
Aguirre es uno de los 50 productores que en esta campaña formaron parte del relevamiento que viene realizando la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (Ravit) con el apoyo de UPL Argentina sobre dos millones de hectáreas del norte provincial.
A su vez, el establecimiento es uno de los 12 campos que semanas atrás formaron parte de la recorrida realizada junto al especialista Emilio Satorre por 48 lotes de maíz y soja. Estas parcelas representan una muestra de los 200 sitios que desde hace tres campañas el proyecto releva a partir de 120 variables.
“Estamos viendo una campaña buena, pero con potenciales un 20 por ciento por debajo de la campaña anterior”, asegura Esteban Tronfi, director de Ravit.
El técnico aseguró que el trabajo que se viene realizando permite ver cuáles son las decisiones de manejo que construyen las diferencias entre rendimientos que en ambientes similares pueden rondar un 30 o 40 por ciento. Emilio Satorre es el asesor técnico del proyecto. Él es el encargado de evaluar los cultivos junto a los productores durante la recorrida y quien procesa y analiza los datos de cada campaña, convirtiéndolos en información para el aprendizaje.
“Lo más destacado de esta gira son las variabilidades de planteos agronómicos que los productores vienen poniendo en marcha. De norte a sur hemos visto situaciones muy distintas”, asegura Satorre y menciona una mayor presencia de cultivos de cobertura, un mejor cuidado de la fertilización, un manejo inteligente de las malezas y una multiplicidad de fechas de siembra tanto en maíz como en soja, muy tempranas y también tardías.
En el cultivo de maíz, la mayor incorporación de antecesores con cultivos de cobertura ha sido una de las grandes novedades de la campaña. “En algunos casos los antecesores son cultivos de invierno, trigo en particular. Se trata de una práctica que encarna un manejo más cuidadoso del planteo tecnológico que deriva finalmente en buenos rendimientos”, reflexiona el especialista.
También observó que el manejo de nutrición ha sido más cuidadoso, tanto en maíz como en soja al igual que el manejo de malezas, justamente en una región donde la problemática suele ser acuciante, tanto en gramíneas anuales y perennes como en latifoliadas (Yuyo Colorado, Rama Negra, Borreria y Gomphrena, entre otras).
“Encontramos lotes de razonable a sumamente limpios y esto habla de manejos adecuados de secuencias y mecanismos de acción que ayudan a atenuar el impacto”, sostiene el experto. La importancia de rotar modos de acción y posicionar cada herbicida dentro de los flujos de emergencia, fue puesta valorizada por Alejandro Piñeiro, gerente de producto de herbicidas de UPL, quien formó parte también de la gira.
“Más del 70 por ciento de la superficie de soja utiliza herbicidas PPO. Si uno proyecta la presión de selección sobre Yuyo Colorado, es muy probable que esta herramienta tenga una vida útil muy corta”, admite.
Entre las conclusiones de la recorrida, Satorre destaca la necesidad de revisar las excesivas densidades de siembra que se trabajan en soja. “Los lotes que hemos relevado generalmente están apuntando a una distribución de 40 semillas por metro cuadrado o incluso más.
Posiblemente ese valor pueda reducirse en un 20 por ciento sin ninguna pérdida de rendimiento, acotando también el costo de siembra”, asegura el coordinador técnico de Ravit. Para los asesores técnicos de las empresas agrícolas, la recorrida aportó datos preciso.
“Pudimos ver en el mismo lote que la cantidad de semillas es un mito. Tenemos que dejar de tapar errores de manejo con densidades altas y pensar más en ahorro y eficiencia”, sentencia Diego Chiaraviglio, quien trabaja como asesor en uno de los establecimientos visitados en la localidad de Calchín, al noreste de la provincia.
El técnico se mostró entusiasmado con los resultados que se vienen generando a través de la red: “Nuestro objetivo es tratar de colaborar en la generación de datos y obtener así información sencilla para poder ajustar la toma de decisiones a campo”, revela.
Marcelo Nardi es otro de los productores que recientemente se sumaron al proyecto Ravit. Con su campo ubicado dos kilómetros al norte de la localidad de Laguna Larga también fue incluido dentro de la gira.
“Gracias a esta recorrida me quedaron un montón de conceptos y variables agronómicas para tener en cuenta y ajustar en las futuras decisiones”, se sincera el productor. “La agricultura abierta significa un progreso para todos y este conocimiento que se adquiere entre productores va a concluir en un plus de rentabilidad.”, sostuvo Nardi.
La recorrida por el norte de Córdoba también incluyó el campo La Lagunilla, de María Carolina Salcedo, un establecimiento que cumple con los estándares de Agricultura Sustentable Certificada de Aapresid y adhiere al programa de Buenas Prácticas Agropecuarias impulsado por el gobierno de Córdoba.
Para Salcedo, cumplir estos protocolos es una inversión. “Uno aprende a medir y a dejar sentado todo lo que hace para ir mejorando cada vez. En esta dirección está el proyecto Ravit. Son todas herramientas que nos ayudan a crecer mucho y a hacer las cosas cada vez mejor. Y todo en equipo. Sin el trabajo en red no se logra nada”, concluyó la productora.
La Voz