Argentina cuenta con ambientes agroecológicos muy favorables para la siembra de girasol, situándolo entre los principales productores y exportadores de la oleaginosa, ocupando en ambos el tercer lugar.
El girasol es una alternativa en la rotación de cultivos en el área agrícola central y una de las escasas opciones en ambientes desfavorables para otros cultivos. En la última década, tanto el área sembrada como la producción fueron en ascenso. Las principales provincias productores son Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
El principal uso del girasol es la industrialización para la elaboración de aceite, del cual Argentina ocupa el 7º lugar entre los exportadores. En menor medida, se emplea la semilla o pepa de girasol en confitería y panificados.