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Por Agroempresario.com
En el marco del Tercer Ciclo Audiovisual "Comunicándonos en Agroempresario.com", recibimos a Fabio Quetglas, Diputado de la Nación, en una entrevista exclusiva con Fernando Vilella, Director de Desarrollo Estratégico y Contenidos de Agroempresario.com. Quetglas reflexiona sobre el impacto de la globalización, la bioeconomía y el modelo de territorialidad en el país, resaltando la necesidad de políticas públicas que potencien el valor agregado y la sostenibilidad de las regiones.
Quetglas señala que uno de los principales problemas de Argentina es el "desequilibrio sociodemográfico" entre el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el resto del país. Mientras que Buenos Aires concentra una alta proporción de la población y del producto bruto interno (PBI), el interior del país sigue careciendo de infraestructura y desarrollo económico suficiente. "El federalismo argentino ha quedado eclipsado por un modelo socioeconómico que genera concentración en la capital, mientras que el resto del país ve reducidas sus oportunidades", afirmó el legislador.
A lo largo de la historia de la Nación, los padres fundadores diseñaron un sistema que buscaba un desarrollo federal, basado en la colaboración de las provincias. Sin embargo, los ciclos económicos, como el agroexportador y la industrialización, acentuaron la disparidad entre las regiones, dejando a muchas provincias con poca capacidad de crecimiento y desarrollo local.
En su análisis, Quetglas hace hincapié en la necesidad de repensar el modelo territorial de Argentina en el contexto de una globalización acelerada. Para el legislador, el mundo ha pasado de un orden territorial metropolitano, centrado en grandes ciudades industriales, a un modelo reticular donde la información y el conocimiento son claves. "El cambio más importante de los últimos tiempos no está en la industria, sino en cómo circula la información, transformándola en un recurso productivo", señala.
Este enfoque permite a pequeñas localidades, bien conectadas digitalmente, competir en igualdad de condiciones con las grandes urbes, un fenómeno que ha hecho posible la digitalización y el crecimiento de la bioeconomía. Según Quetglas, lugares como Trenque Lauquen o Venado Tuerto podrían duplicar su población sin perder calidad de vida, basados en la incorporación de nuevas tecnologías y el aprovechamiento de sus recursos locales.
Argentina, según el diputado, tiene un potencial aún no aprovechado en muchas de sus provincias, sobre todo en aquellos municipios que cuentan con recursos naturales y una calidad de vida por encima de las grandes ciudades. El desarrollo de la bioeconomía, centrado en la producción de recursos renovables, representa una oportunidad clave para reconfigurar el territorio argentino y generar valor agregado en localidades que tradicionalmente han estado al margen del crecimiento económico.
"El país tiene todo un sector productivo esperando ser aprovechado para la bioeconomía, una economía basada en recursos renovables, más sostenibles, que puede generar empleos y mejorar la competitividad de regiones menos desarrolladas", subraya Quetglas. En este sentido, la bioeconomía no solo apunta a una mayor sostenibilidad ambiental, sino también a la creación de un valor agregado local que permita que los productos de cada región encuentren mercados internacionales.
Para que el reordenamiento territorial sea posible, Quetglas resalta la importancia de invertir en infraestructura. Sin un plan de inversión clara, el desarrollo federal sigue siendo un sueño lejano. El ejemplo de la hidrovía y las políticas públicas pasadas, como el riego del Alto Valle, demuestran que un Estado comprometido con la infraestructura puede cambiar la dinámica territorial.
El diputado enfatiza que "una Argentina con un desarrollo equilibrado solo será posible si se invierte en la infraestructura que conecte las provincias, ya que la mejora en la conectividad no solo reduce las brechas económicas, sino que también permite a las regiones crear un mayor valor agregado y aprovechar su potencial de forma sostenible".
Otro aspecto que Quetglas destaca es el turismo, un sector con alto potencial de generar valor agregado en el país. La movilidad humana, impulsada por la información y la conectividad, ha transformado el turismo en un fenómeno global. "En 2019, por primera vez en la historia, mil millones de personas cruzaron fronteras. Esta movilidad ha creado un mercado global que Argentina no puede dejar de aprovechar", asegura.
Para Quetglas, las regiones argentinas con altos estándares de calidad de vida, como el sur de Buenos Aires o el norte del país, tienen un enorme potencial para atraer turistas, creando un motor de desarrollo local. Las ciudades pequeñas, con servicios de calidad, pueden beneficiarse enormemente de un aumento en el turismo, tanto a nivel nacional como internacional.
Quetglas también reflexionó sobre los cambios en las migraciones internacionales, que están reconfigurando el mapa de los movimientos humanos a nivel global. Para el diputado, Argentina debe estar preparada para una nueva ola migratoria, no solo de personas que buscan refugio, sino de profesionales y trabajadores con alto nivel de calificación. "Con una Argentina estabilizada económicamente, podríamos tener un shock migratorio significativo, lo que permitiría incorporar talento y diversidad a nuestras provincias", afirmó.
A medida que el mundo experimenta un "shock migratorio" después de la pandemia y las tensiones globales, Argentina tiene la oportunidad de posicionarse como un destino atractivo para migrantes, gracias a su calidad de vida, sus recursos naturales y su potencial en sectores como la bioeconomía.
