Por Agroempresario.com
El panorama económico de 2024 comienza a cerrarse con mejores noticias de lo esperado. Según las revisiones al alza realizadas por el INDEC y los datos positivos del último trimestre, la caída del Producto Bruto Interno (PBI) sería inferior al 3%. Esto supera los pronósticos iniciales del propio Gobierno, que estimaba una contracción del 3,8%, y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que preveía una caída del 3,5%.
El economista Andrés Borenstein señaló que, de mantenerse un crecimiento mensual del 0,3% en los últimos meses, el PBI cerraría con una baja del 3%. Además, con los resultados de octubre y los primeros indicadores de noviembre, podría proyectarse una disminución aún menor.
El INDEC corrigió los datos de actividad económica entre junio y agosto, mostrando un desempeño mejor de lo que inicialmente se reportó. Por ejemplo, el dato revisado de julio indicó un crecimiento mensual del 2,7% frente al 2,1% informado previamente, mientras que agosto pasó de un alza del 0,2% a un 0,9%.
El tercer trimestre cerró con un incremento de la actividad del 3,4% respecto al trimestre anterior, impulsado principalmente por sectores como la agroindustria, la energía, la minería y la intermediación financiera. Sin embargo, otros rubros como la construcción y el comercio minorista aún enfrentan desafíos, aunque comienzan a mostrar señales de recuperación.
Los analistas ya ajustan al alza sus proyecciones para el próximo año. El Presupuesto 2025 del Gobierno anticipa un crecimiento del 5%, pero algunos economistas no descartan un incremento de hasta el 7%, dependiendo de factores clave como una buena cosecha, un superávit energético proyectado en USD 10.000 millones y un posible alivio en las restricciones cambiarias.
Este repunte también estaría acompañado por una baja de la inflación, lo que podría reactivar el consumo y consolidar el crecimiento. Sectores como la industria automotriz, con un aumento del 30% en ventas respecto al año anterior, y el mercado inmobiliario, con récords de escrituras en la Ciudad de Buenos Aires, ya muestran signos de recuperación sostenida.
El arrastre estadístico para 2025 ya se ubica en un 2%, garantizando una base sólida para el crecimiento. El desafío será mantener estas tendencias en un contexto global incierto, donde la dinámica de los commodities y la estabilidad macroeconómica serán determinantes.
El cierre de 2024 presenta un panorama más favorable del que se esperaba inicialmente. Con una economía que se contrae menos de lo proyectado y sectores clave mostrando resiliencia, las perspectivas para 2025 son optimistas, marcadas por la oportunidad de consolidar la recuperación y fomentar un crecimiento más sostenido.