En el corazón de la zona núcleo productiva de Argentina, la localidad santafesina de Bigand se posiciona como un nuevo polo educativo y tecnológico, impulsando el vínculo entre la formación académica y las demandas del sector agroindustrial.
Este enfoque innovador busca dotar a los jóvenes de herramientas que potencien su futuro, ya sea en el ámbito laboral o universitario.
La Escuela Agrotécnica Nº 327, liderada por el ingeniero agrónomo Mauro Grassi, dio un paso trascendental al incorporar tecnología de última generación en su plan educativo.
Este proyecto se gestó impulsado por la visión de José María Piccioni, productor agropecuario de la región, quien identificó la necesidad de preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del sector.
La iniciativa busca integrar la educación agrícola con tecnología de punta para preparar a los estudiantes ante los desafíos del agro. (Foto: José María Piccioni).
“Hace tres años que trabajo en estrecha relación con una empresa que siempre estuvo dispuesta a escuchar y colaborar con nuestras inquietudes como productores. Gracias a este vínculo, logramos que se sumaran al proyecto educativo”, explicó Piccioni a TN.
La participación de una empresa privada fue clave para transformar la experiencia educativa. No solo aportó equipamiento tecnológico de última generación, sino que también integró a especialistas internacionales para capacitar a los estudiantes en buenas prácticas agrícolas y manejo de herramientas innovadoras.
Este enfoque generó un impacto significativo en jóvenes de hasta 18 años que cursan los niveles avanzados de la escuela.
“El objetivo es fomentar el conocimiento y despertar inquietudes en los chicos, para que se sientan motivados a continuar sus estudios en la universidad o a integrarse de manera eficiente al ámbito laboral. Esta articulación entre el sector público y privado es una apuesta estratégica para el futuro de nuestra región”, destacó Piccioni.
“Ni yo me imaginé la movida que generó en toda la zona. La escuela tiene 350 alumnos y esta práctica en el campo con tecnología le da pie para que los jóvenes egresen con un conocimiento de alta calidad”, destacó.
El establecimiento cuenta con 150 hectáreas propias donde se desarrollan investigaciones en diversas áreas. Esta infraestructura, combinada con la incorporación de tecnologías avanzadas, permite a los estudiantes abordar desafíos clave del agro.
“La escuela siempre se va aggiornando a las demandas actuales. Los jóvenes tienen que formarse como emprendedores, trabajar en biotecnología y aprender a gestionar los desperdicios del agro. Esa mirada los pone en un lugar donde tienen que pensar más allá de producir granos: mirar el clima, hacer alimentos saludables y participar en toda la cadena”, subrayó Piccioni.
La iniciativa prepara a los estudiantes para el mundo del trabajo y del conocimiento, abriendo oportunidades en ambos ámbitos. (Foto: José María Piccioni).
La Escuela Agrotécnica Nº 327 forma a jóvenes con tecnología avanzada y prácticas agroindustriales sostenibles
“La empresa nos envió expertos que abren un camino a los jóvenes, permitiéndoles trabajar en un marco de excelencia. Además, se enfocan en aspectos de sustentabilidad como la trazabilidad de los productos, lo que les da a los chicos herramientas muy importantes para el futuro”, señaló el productor.
El impacto del proyecto trasciende el ámbito agrícola, conectando a los estudiantes con una visión integral del desarrollo humano.
“Estamos pensando en llevar a una cardióloga para hablar con los chicos y también con los productores, planteando cómo mejorar la calidad de vida en el ámbito rural. Queremos enseñar que el conocimiento no termina en el lote; las conversaciones redondean en otros aspectos que ayudan a proyectarse al mundo del trabajo y a la vida misma”, explicó.
“Mi idea es poder darle valor agregado a la producción en la zona con la experiencia que realizan estos estudiantes. La idea es que podamos fortalecer esta experiencia entre el sector privado y el sector público”, remarcó.
Con un enfoque en la formación integral de los jóvenes, Piccioni subrayó la necesidad de fomentar competencias clave en los estudiantes.
“A los estudiantes les digo que empiecen a presentar proyectos de investigación de mejoramiento. Fundamentalmente, les hago hincapié en la comunicación, que armen equipo y sean integradores. Que pongan en valor todo el conocimiento que van tomando y desarrollando”, resaltó.
Esta experiencia educativa busca también generar un impacto social más amplio en localidades pequeñas como Bigand.
“Lo bueno de esta iniciativa es que tenemos una escuela agrotécnica que toma nota de lo que sugiere el sector privado para que los jóvenes crezcan con conocimientos de vanguardia. Hoy hay que impulsar la tecnología para producir más kilos por hectárea, cuidar los suelos y, sobre todo, generar empleo de calidad y digno en estas pequeñas localidades de menos de 10 mil habitantes que necesitan una transformación”, concluyó.
TNCampo