Por Agroempresario.com
La sorpresiva reducción de la tasa de interés de referencia, anunciada por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, dejó a los operadores expectantes. Esta medida, esperada originalmente para enero, se adelantó tras la caída abrupta del dólar libre y las cotizaciones financieras. Según los analistas, esta decisión refuerza la posibilidad de una reducción en el ritmo de devaluación del dólar oficial, actualmente en 2% mensual.
El presidente Javier Milei había condicionado este ajuste a dos meses consecutivos de inflación en niveles bajos. Este criterio, sumado a la desaceleración inflacionaria observada, podría justificar un crawling peg más moderado, situándolo en torno al 1% mensual.
Con una reducción nominal anual del 32%, la tasa de interés se estableció en un nivel mensual de 2,66%. Según Bausili, este ajuste busca mantener tasas pasivas ligeramente por debajo de la inflación y tasas activas algo superiores, garantizando estabilidad en el sistema financiero.
La consultora Delphos destacó que este movimiento implica que la inflación de noviembre rondaría entre 2,8% y 2,9%, en línea con las expectativas del mercado. Sin embargo, los expertos advierten que este cambio podría influir en la dinámica dólar-tasa, generando posibles efectos sobre el dólar oficial y las expectativas del mercado.
A pesar de las medidas adoptadas, el equipo económico ha descartado por el momento una flexibilización del cepo cambiario. Las restricciones actuales, incluidas normas como la resolución 7340, seguirán vigentes hasta que se disponga de reservas adicionales para respaldar la eliminación de controles.
El mercado también enfrenta un contexto de baja liquidez, lo que podría limitar la efectividad de las políticas recientes. Analistas como Francisco Mattig señalan que una menor devaluación sería un mensaje positivo para la inflación, aunque advierten sobre el impacto potencial en la liquidez y el resultado fiscal.
Por ahora, las decisiones del Banco Central apuntan a consolidar la baja inflacionaria sin alterar significativamente el equilibrio cambiario. El mercado, no obstante, permanece atento a los próximos pasos en materia de política monetaria y cambiaria, especialmente de cara a los desafíos económicos del inicio de 2025.