Por Agroempresario.com
Argentina, que alguna vez fue líder mundial en la producción de lino, enfrenta hoy una situación crítica. En la campaña 2024/25, la superficie sembrada cayó un 43%, alcanzando apenas 6.600 hectáreas, el cuarto nivel más bajo en los últimos 25 años, según datos de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BOLSACER).
Durante las décadas de 1970 y 1980, el lino argentino dominaba los mercados internacionales, con casi un millón de hectáreas cultivadas y exportaciones que abastecían a países como la Unión Soviética. Las fértiles tierras de Entre Ríos, sur de Santa Fe y Buenos Aires eran epicentro de una industria que exportaba fibra y aceite.
Sin embargo, la disolución de la Unión Soviética marcó un punto de inflexión, reduciendo drásticamente la demanda externa. Además, la competencia de cultivos más rentables como la soja y el maíz, sumada al auge de productos sintéticos, relegaron al lino a un papel marginal.
El retroceso del lino está vinculado a diversos factores:
A nivel global, el lino mantiene un lugar privilegiado en sectores de alto valor agregado. Es protagonista en la moda de lujo y el diseño de interiores, apreciado por su frescura, elegancia y sostenibilidad. Además, las semillas de lino o linaza son valoradas en la industria alimenticia y de la salud por su contenido de ácidos grasos omega-3 y antioxidantes.
Francia, Bélgica y China lideran la producción mundial, enfocándose en aplicaciones industriales y textiles, así como en el mercado de alimentos funcionales y suplementos dietéticos.
Pese a su caída, el lino tiene potencial para resurgir. Su versatilidad y la creciente demanda de productos sostenibles podrían jugar a su favor. Con políticas de apoyo, incentivos a la calidad y estrategias para diversificar mercados, Argentina podría recuperar parte del terreno perdido y posicionarse nuevamente como un actor relevante en el mercado global del lino.
Este cultivo milenario aún tiene mucho que ofrecer. La clave está en adaptarse a las nuevas exigencias y apostar por la innovación y la sostenibilidad.