Por Agroempresario.com
En el tercer trimestre de 2024, la economía argentina experimentó un crecimiento del 3,9% respecto del período anterior, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Este repunte fue impulsado principalmente por un incremento en la inversión (+12%) y en el consumo privado (+4,6%), marcando un cambio de tendencia tras varios trimestres de caída.
No obstante, las cifras también reflejan desafíos. En comparación interanual con el mismo trimestre de 2023, el producto bruto interno (PBI) registró una contracción del 2,1%. Esta baja, aunque menor a las proyecciones iniciales, evidencia que la recuperación económica aún enfrenta restricciones significativas.
En términos sectoriales, el agro lideró el crecimiento con un aumento del 13,2%, seguido por minería y canteras (+6,6%), y hoteles y restaurantes (+9%). Otros sectores mostraron avances más moderados, como electricidad, gas y agua (+0,4%), mientras que actividades como la construcción continúan rezagadas.
Para Martín Vauthier, economista y director del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), “la actividad económica se ubicó solo un 0,1% por debajo del nivel alcanzado en el cuarto trimestre de 2023. La suba trimestral superó las estimaciones previas”.
Por su parte, Aldo Abram, economista de la Fundación Libertad & Progreso, señaló: “Es una buena señal para el inicio de una recuperación económica que podría consolidarse en 2025”. Abram advirtió que restricciones como el cepo cambiario limitan el potencial de crecimiento, aunque destacó que la proyección oficial de un crecimiento del 5% para 2025 parece alcanzable.
El consumo privado, que muchos veían como el eslabón más débil, mostró signos de reactivación. Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, destacó: “El consumo privado creció un 4,6% desestacionalizado, confirmando la tendencia positiva reflejada en indicadores como salario real y empleo”.
Pese a estos avances, la inversión, aunque clave en el crecimiento del trimestre, aún se encuentra en niveles bajos, representando el 16,4% del PBI a precios corrientes, según el economista Gabriel Caamaño, de Outlier.
El Gobierno celebra estos resultados como un indicio del fin de la recesión, pero los analistas coinciden en que la recuperación aún es frágil y depende de políticas que sostengan el crecimiento en el tiempo.