Por Agroempresario.com

El cultivo de café en Tucumán, una actividad históricamente no consolidada debido a la competencia con cultivos más rentables como la caña de azúcar y el limón, está ganando terreno. Un grupo de productores locales ha comenzado a desarrollar esta actividad, atraídos por el creciente interés por el café de especialidad y las condiciones climáticas que favorecen su cultivo. La proyección es ambiciosa: en los próximos dos años, los productores esperan lograr una cosecha significativa que permita abastecer hasta un 30% del consumo nacional de café.

Javier Noguera, productor agropecuario y legislador provincial, explicó en diálogo con LA NACION que, tras plantar 1.000 plantines el año pasado, este año ha incrementado su producción a 6.000 plantines. "La variedad de mayor calidad es de origen brasileño, y estamos probando distintas variedades que mejor se adaptan al clima local", afirmó Noguera.

El cultivo de café en Tucumán se enfrenta a un desafío importante: el riesgo de heladas. Sin embargo, los productores han encontrado una solución en el cultivo bajo sotobosque, es decir, en áreas cubiertas por árboles nativos que protegen al café de los extremos climáticos. Según Juan Casañas, vicepresidente del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), “a pesar de que Tucumán tiene un clima subtropical, existen zonas donde no se reportan heladas, lo que hace posible el cultivo del café”.

Los productores también destacan el interés por entrar en el mercado de cafés de alta calidad, con un enfoque en producciones de pequeña escala. Noguera señaló que la idea no es competir con Brasil, sino aprovechar las condiciones locales para producir café de alta gama para un nicho de mercado especializado. En este sentido, el IDEP trabaja estrechamente con los productores para optimizar las técnicas de cultivo y garantizar la calidad del producto.

El mercado interno de café en Argentina sigue dependiendo en gran medida de las importaciones, que rondan los 500 millones de dólares anuales. Con una cosecha proyectada para los próximos años, Tucumán podría contribuir a reducir esta dependencia y mejorar la balanza comercial. “Queremos abastecer hasta un 30% del consumo nacional de café”, afirmó Noguera.

La iniciativa está recibiendo apoyo tanto de productores como de organismos de investigación como el INTA, la Fundación Miguel Lillo y la Universidad Nacional de Tucumán, que están evaluando el impacto ambiental del cultivo de café en la región. Además, los productores están capacitando a su personal y estableciendo vínculos con empresas de Brasil y Bolivia para aprender de sus experiencias.

A medida que el cultivo de café avanza en Tucumán, se abren nuevas oportunidades tanto para los productores locales como para el mercado nacional, con un producto de calidad que podría convertirse en un nuevo pilar de la economía regional.