Por Agroempresario.com
En el corazón de Buenos Aires, El Globo se erige como uno de los restaurantes más antiguos y emblemáticos de la ciudad, con una historia que supera los 100 años. Fundado en 1902 como Fernández & Fernández Bar y Billares, el local ha sido testigo de numerosos cambios sociales, políticos y gastronómicos, manteniendo siempre como estrella su tradicional puchero. Hoy, este restaurante sigue siendo un referente de la gastronomía porteña, conocido por su calidad, su fidelidad a las recetas tradicionales y su ambiente único.
La historia de El Globo está marcada por la influencia de personajes clave como Jorge Newbery, quien en 1908 sugirió cambiar el nombre del restaurante en honor a su histórica travesía en globo aerostático. Así, El Globo pasó a ser el nombre de este icónico establecimiento, y el puchero, preparado con cerdo, vaca y pollo, se convirtió en su plato estrella. "Al principio solo se servía puchero, día y noche", relata Armando Amoedo, uno de los actuales socios del restaurante, en una entrevista con La Nación.
A lo largo de su historia, El Globo ha pasado por varias etapas, incluyendo la compra del restaurante por inmigrantes gallegos en 1949, quienes introdujeron cambios en el menú para competir con el vecino El Imparcial, otro de los grandes de la gastronomía porteña. Sin embargo, lo que realmente ha mantenido a El Globo vigente es su capacidad de adaptarse sin perder su esencia, logrando sobrevivir a los cambios económicos y mantenerse como un lugar de encuentro para figuras públicas y locales.
“El Globo es el segundo restaurante más antiguo de Buenos Aires y puede exhibir algo que hoy es casi imposible en la Argentina: una sociedad que en más de 100 años nunca quebró,” comenta Jorge Dutra, uno de los nuevos socios que adquirió parte del paquete accionario del restaurante en un momento crítico. Con esta adquisición, Dutra logró revitalizar el restaurante, asegurando su continuidad y preservando su tradición.
El menú de El Globo ha evolucionado a lo largo del tiempo, incorporando nuevos platos, pero siempre con el puchero como protagonista. “Acá se saca el puchero servido con la verdura aparte, y es mucho más suave que pucheros como el de El Imparcial,” explica Dutra, destacando las características que hacen único al puchero de El Globo.
Hoy, El Globo no solo es un emblema de la gastronomía porteña, sino también un lugar de recuerdos y tradiciones familiares. Los clientes habituales, muchos de ellos de generaciones pasadas, siguen visitando el restaurante para disfrutar de sus platos emblemáticos. Con una larga lista de famosos que han pasado por sus mesas, desde figuras del cine hasta políticos, El Globo continúa siendo un espacio donde se celebran la historia y las tradiciones culinarias de Buenos Aires.