Por Agroempresario.com
El Gobierno evalúa flexibilizar las condiciones para otorgar créditos en dólares a empresas e individuos locales. La medida, discutida en el equipo económico liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo, apunta a aprovechar la abundancia de divisas en los bancos y fomentar inversiones productivas que impulsen la economía. Sin embargo, la propuesta genera controversia por los riesgos que podría implicar para la estabilidad del sistema financiero.
Desde la crisis de 2001, las regulaciones impiden que los bancos otorguen créditos en dólares a quienes no tienen ingresos en esa moneda, como exportadores. Este esquema busca evitar descalces de monedas entre deudores y acreedores, un factor crítico que contribuyó al colapso financiero de esa época. Ahora, la posible flexibilización de estas normas plantea interrogantes entre los especialistas.
“El Gobierno quiere ampliar el esquema de dolarización endógena. Si no se generan incentivos para retribuir los dólares, podrían salir del sistema”, expresó Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go. Sin embargo, advirtió que romper con el consenso post-2001 podría introducir nuevos riesgos.
Por su parte, Nicolás Gadano, economista jefe de Empiria, enfatizó los peligros de relajar las restricciones en un contexto de reservas netas negativas en el Banco Central. “En este escenario, estás forzando a los deudores a vender los dólares al tipo de cambio oficial, lo que genera un riesgo enorme para el sistema”, señaló.
Desde el sector bancario, la propuesta es bien recibida. “Los préstamos en dólares a empresas deben discutirse para aumentar la competitividad, siempre bajo una correcta gestión de riesgos”, afirmó Javier Bolzico, presidente de Adeba.
Entre las alternativas planteadas para mitigar riesgos, Gabriel Caamaño, economista de Outlier, sugirió implementar seguros de cambio privados o limitar el monto de los créditos. “El Gobierno busca reactivar la economía a corto plazo, pero eso implica asumir riesgos financieros a mediano y largo plazo”, concluyó.
Mientras la decisión sigue en evaluación, la discusión pone en foco el equilibrio entre dinamizar la economía y mantener la estabilidad del sistema financiero en un país con un pasado de crisis profundas.