Por Agroempresario.com
Tras una primavera marcada por lluvias frecuentes y temperaturas moderadas, especialistas climáticos advierten que enero de 2025 presentará precipitaciones menos abundantes y más espaciadas. Este cambio coincide con un incremento de las temperaturas, lo que plantea desafíos para cultivos clave como la soja y el maíz.
El climatólogo Leonardo De Benedictis señaló que, aunque las lluvias serán “por debajo de lo normal”, no implicará una ausencia total. “Habrá precipitaciones, aunque en menor cantidad. Venimos con una buena situación hídrica desde la primavera, lo que ayudará a mitigar el impacto de la menor oferta hídrica en enero”, explicó.
El último informe de la Oficina de Riesgos Agropecuarios (ORA) de la Secretaría de Agricultura respalda esta perspectiva, destacando que el índice satelital TVDI muestra niveles de humedad superiores a los habituales para esta época.
De Benedictis remarcó que el aspecto crítico no será solo la cantidad de lluvia, sino su frecuencia. “En octubre y noviembre, las precipitaciones eran regulares, cada cuatro o cinco días. En enero, serán mucho más espaciadas”, advirtió. Este cambio, junto con temperaturas más altas, elevará la tasa de evaporación, reduciendo la disponibilidad de agua útil para los cultivos.
Por su parte, Germán Heinzenknecht, otro especialista, alertó sobre una baja oferta hídrica en la última semana de diciembre y la primera de enero, especialmente en la zona núcleo y el este de Buenos Aires. Sin embargo, destacó que hacia mediados de enero podría haber una recuperación en las lluvias, permitiendo un desarrollo más favorable de los cultivos.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) prevé un verano con lluvias normales o superiores en regiones como Cuyo y el oeste de Patagonia, mientras que el centro del país y la provincia de Buenos Aires tendrían precipitaciones normales. En cuanto a las temperaturas, se espera un verano más cálido de lo habitual en gran parte del territorio, con excepción del norte, litoral y sur de Patagonia.
Pese a la incertidumbre climática, los expertos llevan tranquilidad al sector agrícola, descartando una sequía severa y destacando la alternancia de periodos secos y húmedos como clave para mantener reservas suficientes. Así, el desarrollo de la campaña dependerá en gran medida del monitoreo y la adaptación a las condiciones climáticas.