Por Agroempresario.com
El mapa de las inversiones en Argentina está experimentando una transformación significativa. Después de un 2023 marcado por la incertidumbre y una economía estancada, 2024 se presenta como el año del rebote, con sectores estratégicos como oil & gas, minería, automotrices y retail liderando los anuncios de proyectos.
El cambio en el clima político y económico tras la llegada del nuevo gobierno contribuyó a disipar la incertidumbre. Las medidas adoptadas, como la reglamentación del Régimen de Incentivos a Grandes Inversiones (RIGI), resultaron clave. Este régimen, que ofrece beneficios fiscales y jurídicos a proyectos que superen los 200 millones de dólares, incentivó importantes desembolsos, principalmente en el segmento de oil & gas.
Según Lorenzo Sigaut Gravina, director de Equilibra, Vaca Muerta sigue siendo uno de los motores principales de las inversiones productivas. Sin embargo, todavía quedan grandes proyectos por activar. En paralelo, la caída en el precio del litio desaceleró los desarrollos en esta industria, aunque se espera que retome impulso en 2025 a pesar de los valores a la baja del mineral.
Natacha Izquierdo, economista de Abeceb, señaló que la "agenda verde" global se estiró, afectando la dinámica de las inversiones en energías renovables y minería. A pesar de ello, los incentivos del RIGI podrían generar un repunte en estos sectores en el próximo año.
El sector agropecuario, por su parte, enfrentó un contexto adverso debido al atraso cambiario y la caída en los precios internacionales. La soja, por ejemplo, alcanzó en 2024 su valor más bajo en cinco años, lo que mantuvo las inversiones en niveles bajos. Gravina anticipa que esta tendencia podría continuar en 2025, dado que no se esperan modificaciones significativas en la política cambiaria.
Para el próximo año, los analistas proyectan un crecimiento en la inversión productiva, que podría superar el 20% del PBI. Oil & gas se mantendrá como el sector más dinámico, mientras que las energías renovables y los servicios tecnológicos comienzan a ganar terreno.
Con un ambiente de negocios más estable, la recuperación económica parece posible. Las bases están dadas para que 2025 marque el inicio de un nuevo ciclo de crecimiento en Argentina, con inversiones diversificadas y un mayor protagonismo de los sectores estratégicos.