Por Agroempresario.com 

En 2024, el consumo de carne vacuna en Argentina alcanzó su nivel más bajo registrado, con una caída del 11,06% respecto a 2023, según datos del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva). La cifra se sitúa en 47,4 kilos por habitante al año, un descenso significativo frente a los 53,3 kilos del año anterior.

La preferencia por otras carnes, como el pollo y el cerdo, está marcando una transformación estructural en los hábitos alimenticios de los argentinos. Según Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), “el menor consumo histórico se debe a cambios en las preferencias alimenticias, acompañados por una competitividad creciente de las carnes alternativas”.

El pollo, con un precio promedio de $2889 por kilo en noviembre, y el cerdo, con $5803 por kilo, ofrecen opciones más accesibles en comparación con los $7967 que cuesta un kilo de carne vacuna. Además, el aumento de la población joven, habituada a consumir pollo como una opción principal, refuerza esta tendencia.

Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), destacó que el pollo se ha consolidado como un alimento de consumo habitual, con un promedio anual per cápita de 47 kilos. Aunque este número es ligeramente inferior a los 50 kilos registrados en 2023, se atribuye principalmente a una menor oferta interna debido a un incremento en las exportaciones y a dificultades productivas.

Por su parte, el consumo de carne porcina alcanzó los 22,5 kilos por habitante, un aumento de más de un kilo respecto al año pasado. Según Juan Uccelli, de la consultora JLU, el sector porcino tiene un crecimiento sostenido con un objetivo a futuro de 33 kilos per cápita para 2033, en línea con una disminución esperada en el consumo de carne vacuna.

En términos de exportaciones, la industria cárnica enfrenta un escenario complejo. Aunque los volúmenes exportados de carne vacuna aumentaron un 14,1% interanual en 2024, los ingresos en dólares cayeron un 15% debido a la baja de precios en mercados clave como China.

El futuro del sector cárnico argentino parece estar marcado por la necesidad de adaptarse a un consumidor más diverso, orientado al precio y abierto a nuevas opciones alimenticias. Mientras el pollo y el cerdo continúan ganando terreno, la carne vacuna enfrenta el desafío de mantener su lugar como ícono de la gastronomía nacional.