Por Agroempresario.com
Con 125 hectáreas de extensión, Senderos del Monte, en Gualeguaychú, ha logrado restaurar sus ecorregiones y albergar más de 200 especies de aves, convirtiéndolo en un paraíso para los observadores. Además, su compromiso con la conservación de especies autóctonas, como el coronillo, es un claro ejemplo de cómo el turismo puede ir de la mano con la preservación del medio ambiente.
Por su parte, La Serena del Gualeyán, también en Gualeguaychú, invita a recorrer sus diez hectáreas de monte entrerriano. Con su museo de la cultura rural y una flora única, este refugio no solo es un lugar para el descanso, sino también para sumergirse en la historia y los secretos de la región.
Finalmente, La Estancia de Titina, en Concepción del Uruguay, destaca como un paraíso para los observadores de aves. Con 164 hectáreas de naturaleza virgen, este refugio es hogar de más de 190 especies de aves y otros animales autóctonos, ofreciendo un recorrido inmersivo en la fauna local.
Estas reservas no solo son una excelente opción para escapar de la rutina, sino que también representan un modelo de turismo sostenible que respeta y preserva la biodiversidad local.