Por Agroempresario.com
La industria yerbatera cerró un 2024 con contrastes significativos: una caída histórica en el consumo interno de yerba mate y un notable crecimiento en las exportaciones. Según el último informe del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), entre enero y noviembre de 2024 se registraron 238.042.303 kilogramos vendidos al mercado interno, el nivel más bajo desde 2020.
Este descenso se da en un contexto de crisis económica, con un poder adquisitivo reducido y cambios en los patrones de consumo. El movimiento de yerba mate a la salida del molino mostró que el 94,11% de las ventas estuvieron representadas por los formatos de medio kilo y un kilo, siendo los paquetes de medio kilo los favoritos, con un 57,55% de participación.
La caída en el consumo de noviembre de 2024 fue especialmente llamativa: solo 22.138.294 kilogramos se destinaron al mercado interno, frente a los 26.065.751 kilogramos del mismo mes en 2023. Para igualar los niveles del año anterior, diciembre tendría que haber alcanzado un flujo comercial de casi el doble de la actividad mensual habitual del sector, algo poco probable según los expertos.
El INYM destacó que este escenario es consecuencia de la crisis económica y del ajuste de los consumidores hacia formatos más pequeños y accesibles.
A pesar del panorama interno, las exportaciones de yerba mate superaron las expectativas, consolidándose como el mejor año exportador de los últimos cuatro. En noviembre, se exportaron 4.298.096 kilogramos, sumando un acumulado anual que ya sobrepasa las cifras de 2023.
Este crecimiento en el mercado externo, impulsado por la alta demanda en países como Siria y Chile, ofrece una esperanza para los productores, quienes destacan la necesidad de seguir fortaleciendo las estrategias de exportación como una forma de compensar la caída en el consumo interno.
El sector yerbatero enfrenta el desafío de recuperar el mercado interno mientras se apoya en las exportaciones. El INYM sigue trabajando en la recopilación y análisis de datos para diseñar políticas que permitan revitalizar la demanda doméstica sin descuidar las oportunidades internacionales.
En este contexto, los productores y comercializadores del sector deberán adaptarse a las nuevas tendencias del mercado, diversificando su oferta y apostando por la innovación para mantener a la yerba mate como un pilar esencial de la economía regional.