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Por Agroempresario.com
El productor agropecuario Daniel Barcelonna, de Tandil, volvió a ser víctima de ataques de jabalíes, quienes destruyeron un silobolsa con 240.000 kilos de trigo, afectando gravemente su producción. La alta tasa de reproducción y el comportamiento nocturno de estos animales dificultan su control y representan una amenaza creciente para los productores.
“Se ha convertido en una plaga. El daño que estamos sufriendo es enorme y no hay forma de controlarlo”, expresó Barcelonna en sus redes sociales, mostrando imágenes del cereal desparramado por el suelo. El silobolsa afectado había sido colocado apenas 15 días antes del ataque.
Esta herramienta es clave para los productores, ya que permite almacenar el cereal durante largos períodos. Sin embargo, la acción de los jabalíes no solo provoca pérdidas económicas, sino que también compromete la calidad del grano al permitir la entrada de humedad e insectos. Además, la reparación y recolección del cereal resultan costosas y demandan tiempo adicional.
Los ataques de jabalíes no son nuevos en la región. Barcelonna ya había sufrido incidentes similares en enero del año pasado y, dos meses antes, había documentado otro caso. Según el productor, la rápida reproducción de estos animales es uno de los principales factores de su expansión descontrolada: “En un año, de una sola madre pueden surgir hasta 30 nuevos ejemplares”, explicó.
El comportamiento nocturno de los jabalíes también complica su control. “Recorro entre 300 y 400 kilómetros diarios por los campos que alquilamos y nunca los veo. Pero al día siguiente, el silobolsa está roto”, lamentó.
En zonas como Tandil, la presencia de sierras y pajonales facilita la adaptación y el refugio de estos animales durante el día, quienes descienden durante la noche en busca de alimento, especialmente en los silobolsas cargados de cereal.
El jabalí no solo afecta a Buenos Aires, sino que se ha vuelto incontrolable en provincias como La Pampa, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Un informe de 2022 del ex Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto con la FAO, estimó pérdidas anuales por 1380 millones de dólares debido al daño causado por esta plaga.
Originario del norte de África y traído a Argentina en 1905 por Pedro Luro con fines cinegéticos, el jabalí se ha convertido en un problema ambiental y productivo. Su cruce con cerdos domésticos dio lugar a una especie cimarrona aún más grande y difícil de controlar.
Recientemente, el Senado de Entre Ríos aprobó un proyecto de ley para declarar plagas al jabalí, al chancho asilvestrado y al ciervo axis. La normativa autoriza la caza con fines de control poblacional y promueve campañas de educación ambiental, además de establecer permisos y cupos regulados.
Los productores, como Barcelonna, siguen exigiendo soluciones efectivas para proteger su producción y minimizar las pérdidas económicas ante una plaga que parece imparable.
