Atravesar el Paso Internacional San Francisco, ubicado en la Ruta Nacional 60, es una experiencia inolvidable para los amantes del turismo terrestre. Flanqueado por los imponentes “Seismiles”, volcanes que superan los 6000 msnm, este corredor internacional es uno de los más altos del mundo, detrás del Himalaya y el Karakórum en Asia.
El paso, a 200 km de Fiambalá, conecta Argentina y Chile a través de paisajes de ensueño como la Quebrada de las Angosturas y el Valle de Chaschuil. Durante el trayecto, el visitante disfruta de montañas y volcanes teñidos en tonos rojizos, verdes y amarillos, acompañados de fauna autóctona como vicuñas y flamencos.
Entre las paradas obligadas, destaca el Cañón del Indio, una maravilla natural a solo 23 km de Fiambalá, famoso por su similitud con los escenarios de la película Duna Parte Dos. Más adelante, la Hostería de Cortaderas, a 3000 msnm, invita a degustar su famoso pastel de papas y contemplar la Vía Láctea durante la noche.
Otra experiencia imperdible es visitar el refugio Las Grutas, frente al volcán Incahuasi, donde los turistas pueden disfrutar de aguas termales en un pequeño piletón a 4000 msnm.
El paso, ubicado a 4750 msnm, es accesible en cualquier vehículo y conecta con la ciudad chilena de Copiapó. Está habilitado en enero de lunes a viernes, con horarios específicos que deben consultarse previamente.
Con su rica historia como ruta natural de aborígenes y colonizadores, el Paso San Francisco es ideal para quienes buscan paisajes extremos y una conexión única con la alta montaña. Antes de viajar, se recomienda verificar las condiciones meteorológicas y preparar la documentación necesaria.