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Por Agroempresario.com
El estancamiento de la producción agrícola argentina, en comparación con la expansión sostenida de países competidores como Brasil y Estados Unidos, sigue siendo un tema recurrente al analizar la economía agropecuaria del país. En un informe reciente, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) identificó las principales debilidades que están frenando el potencial agrícola de Argentina. Estas debilidades, en su conjunto, afectan tanto la productividad como la competitividad del sector frente a otras potencias agroexportadoras.
Uno de los principales obstáculos para la agricultura argentina es la infraestructura de transporte. El país cuenta con una extensa red vial de 640.000 kilómetros, pero un gran porcentaje de estos caminos son municipales y sin pavimentar. De los 240.000 kilómetros de la red vial nacional y provincial, más de la mitad de los caminos provinciales están en malas condiciones. Según el Consejo Vial Federal, el 40% de la red vial nacional está en mal estado, lo que dificulta el traslado de los productos agrícolas hacia los puertos de exportación. Este deficiente sistema de transporte eleva los costos logísticos y limita el acceso a mercados internacionales.
La producción agrícola en Argentina ha mostrado un crecimiento limitado en los últimos años, especialmente en comparación con otros grandes productores agrícolas. Aunque los rendimientos de algunos cultivos han aumentado, este crecimiento ha sido mucho menor al observado en países como Brasil. El informe de la BCR subraya que los márgenes de rentabilidad se han visto reducidos debido a factores macroeconómicos como los derechos de exportación y la brecha cambiaria. Esto ha limitado la capacidad de los productores para invertir en nuevas tecnologías y prácticas que puedan aumentar la productividad. Además, la disponibilidad de fertilizantes ha sido insuficiente, con un consumo de estos productos que representa solo un tercio de lo necesario para reponer los nutrientes del suelo.
Otro aspecto clave que limita el crecimiento de la agroindustria argentina es la dificultad para agregar valor a sus productos. En lugar de simplemente exportar materias primas como soja y maíz, Argentina podría beneficiarse enormemente de procesarlas más a fondo en productos como harinas, aceites, biocombustibles y productos lácteos. Sin embargo, el país ha perdido terreno en la industria de biodiesel y otros productos procesados, mientras que competidores como Brasil y Estados Unidos continúan expandiendo sus capacidades de procesamiento. Esta falta de valor agregado no solo afecta la competitividad de los productos argentinos, sino que también reduce las oportunidades de empleo y crecimiento económico dentro del país.
En los mercados internacionales, el uso de contratos de futuros y opciones agrícolas es una herramienta clave para mitigar los riesgos de fluctuación de precios. Sin embargo, en Argentina, el uso de estas herramientas es muy bajo. En el mercado de Chicago, se negocian volúmenes de futuros que superan por mucho la producción global de granos, pero en Argentina, el volumen de operaciones es mucho más limitado. La falta de adopción de estas herramientas deja a los productores expuestos a los vaivenes de los precios internacionales, lo que aumenta el riesgo y la incertidumbre para los agricultores.
La ubicación geográfica de Argentina también representa una desventaja para su sector agroexportador. Con el 85% de la población mundial concentrada en el hemisferio norte, Argentina se encuentra a una distancia considerable de los principales mercados de consumo. Los costos de transporte son más altos que los de otros países competidores, como Brasil o Estados Unidos, lo que afecta directamente la competitividad de los productos argentinos. Según datos de Refinitiv, el costo del flete marítimo desde el Río de la Plata a Tokio es de aproximadamente US$59 por tonelada, mientras que la misma ruta desde Brasil cuesta US$58 por tonelada. Esta diferencia de costos se traslada al precio recibido por los productores, que se ve afectado por los altos costos de transporte.
Las cinco debilidades identificadas por la Bolsa de Comercio de Rosario subrayan que, a pesar de su enorme potencial agrícola, Argentina enfrenta serias dificultades para mantenerse competitiva a nivel global. La infraestructura deficiente, el estancamiento en la producción, las dificultades para agregar valor a los productos, la baja adopción de herramientas de cobertura de precios y la distancia a los centros de consumo global son factores que limitan el desarrollo del sector. Superar estos obstáculos requerirá una combinación de inversiones en infraestructura, políticas públicas que favorezcan la adopción de nuevas tecnologías y estrategias para agregar valor a los productos agroindustriales. Solo entonces, Argentina podrá aprovechar todo su potencial agrícola y competir de manera más efectiva en los mercados internacionales.
