Por Agroempresario.com
Néstor Briceño, un ingeniero industrial venezolano, llegó a Buenos Aires en busca de nuevas oportunidades y una vida mejor. Sin embargo, tras enfrentar dificultades económicas y la pérdida de su empleo, se reinventó como empresario y comenzó a vender tequeños, un manjar tradicional venezolano, desde su hogar. Hoy, su emprendimiento, TequePops, emplea a 46 personas, en su mayoría migrantes, de diferentes países como Venezuela, Perú, Paraguay y Argentina, y está reconocido por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La historia de Néstor es un claro ejemplo de resiliencia y superación. Al principio, su situación era incierta, pero con dedicación y trabajo incansable, logró convertir un pequeño negocio en una fábrica de tequeños que vende más de 30,000 unidades al día. Con el tiempo, amplió su negocio con dos sucursales en Buenos Aires, y su éxito ha sido tan grande que pronto abrirá una nueva tienda en Núñez.
TequePops no solo ha permitido a Néstor salir adelante, sino que también ha dado empleo a muchos migrantes, ofreciendo un ambiente inclusivo y solidario. "Trabajar con personas de otras culturas es muy lindo, nos enriquecemos mutuamente", dice Néstor, quien destaca la importancia de crear un lugar donde todos se sientan parte de una gran familia.
Una de sus operarias, Jadeth Escalona, quien llegó a Argentina desde Caracas hace siete años, comenta sobre el ambiente laboral: "Es muy lindo trabajar con migrantes y argentinos, porque todos tienen una gran disposición para aprender y compartir sus tradiciones". Araceli Benegas, de Paraguay, también comparte su experiencia, señalando cómo la integración cultural ha sido fundamental en su crecimiento personal y profesional.
Con el apoyo de su equipo y un fuerte espíritu de solidaridad, TequePops no solo ha logrado un éxito comercial, sino también un impacto positivo en la vida de muchos migrantes, que ahora cuentan con un trabajo digno y una oportunidad para construir un futuro mejor en Argentina.