ace tiempo se observa una tendencia hacia la producción con enfoque agroecológico de distintos cultivos en el país. Tal es así, que también existen instituciones y municipios que están incorporando la agroecología como una política de producción y eso conlleva a elaborar y aplicar “pesticidas” orgánicos, entre otras estrategias.
Al respecto, Verónica Mautone, especialista en Agroecología del INTA Prohuerta, habló sobre Productos orgánicos de elaboración casera para el control de plagas y enfermedades. “En algunos casos, tienen una función de acción repelente o desorientadora de insectos fitopatógenos; en vez de atacar, los desalientan y no van al blanco que son las hortalizas que uno puede llegar a producir o cultivar en su casa”, explicó.
Hace aproximadamente 40 años surgió la necesidad de utilizar productos que no impacten de manera negativa en el medio ambiente. En este sentido, Mautone se refirió a la importancia de las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA) como acciones orientadas a la sostenibilidad ambiental, económica y social de los procesos productivos agropecuarios.
“Por ejemplo, cuando se realizan aplicaciones con agroquímicos bajo condiciones de alta temperatura y/o presencia de determinada velocidad del viento, los efectos en las personas a causa de la deriva pueden ser muy perjudiciales, desde algo leve hasta grave como ser irritación en la piel”, y aseguró: “Está comprobado que las malas aplicaciones generan efectos negativos. Sin embargo, no es suficiente “saber aplicar correctamente”, sino ir eliminando gradualmente la utilización de los productos de síntesis química en las actividades agropecuarias, que ocasionan daños socioambientales. Debido a ello, se han estudiado los principios activos propios de determinados vegetales o inclusive el efecto de distintos minerales, como la roca fosfórica, que pueden aplicarse de manera más sustentable”.
En este contexto, la técnica se refirió a las consecuencias de las intervenciones químicas, citando el caso de productos realizados a base de piretroides. “Originalmente las piretrinas están presentes en los crisantemos- especies florales que se encuentran en la naturaleza-, pero las modificaciones sintéticas de esos productos y su utilización en el medio ambiente conllevan a la contaminación de aguas y napas freáticas; efectos negativos en la salud humana y también en otros animales que habitan en los ecosistemas”, enfatizó Mautone.
Al consultarle sobre la elaboración de los “pesticidas orgánicos”, la ingeniera expresó: “Los productos tienen algún componente activo que actúan como repelentes o que pueden hasta matar al insecto.”
Según comentó, lo puede hacer cualquier persona en su casa, siempre y cuando respete las formas de preparación y de tiempo, para que se liberen esas sustancias y pueda tener un efecto.
“Existen distintos preparados como ser purín de tabaco, infusión de ajo, decocción de cola de caballo, entre otros, que se elaboran con determinado material vegetal y además de diferente manera, es decir, hay diferentes formas de preparación de los “pesticidas” orgánicos: como infusión, purín, macerado o decocción”, aclaró.
En el caso del purín, las plantas son sumergidas en agua de lluvia y se dejan en el recipiente durante cuatro días; mientras que, para la infusión, hay que colocar las plantas frescas o secas en agua hirviendo y se las deja durante 24 horas. Para la decocción, los materiales vegetales se dejan en remojo durante 24 horas, luego se los hierve 20 minutos, se cubren y se dejan enfriar, y para la maceración, se colocan los vegetales frescos o secos en agua durante no más de tres días.
De acuerdo a la técnica, se puede elaborar en la cocina, en el patio o en el balcón. No obstante, aclaró que los “pesticidas” orgánicos también se pueden conseguir en viveros, agronomías e instituciones. Tal es así que tanto universidades, municipios como el INTA están fomentando la elaboración por parte de la agricultura familiar de bioinsumos que también se comercializan.
A modo de reflexión, Mautone planteó la necesidad de concientizar hacia otra forma de producción. “Está comprobado que la producción de base agroecológica, a nivel de grandes extensiones, es muy rentable y permite una producción estable en el tiempo ante las adversidades climáticas”, resaltó.
Infusión de ajo: Se machacan 75 gr de ajo y se agregan a 10 litros de agua. Se utiliza a principio de primavera contra ácaros, pulgones y hongos.
Infusión de ajenjo protege contra ácaros, moscas blancas y pulgones. Para elaborarla, se colocan las plantas frescas en agua hirviendo y se las deja durante 24 hs., y luego se aplica sobre las plantas.
Decocción de cola de caballo: En 10 litros de agua se hierve 1 kg de cola de caballo fresca durante 20-30 minutos. Se deja enfriar, se diluye una parte del preparado en 5 litros de agua. Finalmente, 48 hs. antes de que se realice la siembra, se aplica en la tierra, y se utiliza contra hongos de suelo.
Agrofy News